12.3.12

El último desde África

Quiero hacer este último post solemne, pensé en agregar de fondo dos canciones que han pintado este año de mi vida y que vienen al caso, pero no son solemnes, así que dejaré que ustedes escojan el soundrack para leerme (esas dos canciones son de Calle 13 "Prepárame la cena" y "La vuelta al mundo")

***

Quiero escribirles muchas cosas, explicarles cómo aquí tuvo todo el sentido para mi que exista el Día Internacional de la Mujer; cómo la muerte es algo normal y cotidiano, la noticia de la muerte de un niño, un hijo, una hermana, una cuñada, no es razón de sorpresa sino simple noticia; cómo he sentido la desgracia de la epidemia que me ha hecho llorar, al saber que la gente con la que he compartido este tiempo está infectada con VIH, saberla guerrera y al mismo tiempo diminuta; cómo la música que les gusta es tan horrible como el reggaeton y tan sexual como el pop barato de las industrias capitalistas; cómo su fanatismo cristiano los hunde más en la desgracia junto con una fe ciega, ignorante y lejana de la verdadera espiritualidad a la que puede acceder nuestra alma; cómo África significa todo menos lo que te imaginas; cómo ellas sueñan con ser reinas y ellos reyes; cómo yo me identifico dentro de todo este contexto, hablándoles de composta, de agua, de fe en el aquí y el ahora, de un Estados Unidos lleno de terror, miseria y mentiras, de un “sí soy mexicana y soy americana porque América es un continente no un país”...

Las redes en las que tienen que dormir por el resto de su vida,
las relaciones con protección que han de tener por el resto de su vida,
el hambre que han de sufrir por el resto de su vida,
la explotación a la que serán expuestas por el resto de su vida,
la desesperación y la frustración que los acompañará
por el resto de su vida,
la tradición que los reprime y reprime ¿continuará por el resto de su vida?
¿donde estamos nosotros en esa tradición?
¿es parte de nuestra tradición el encarcelar a esta gente
por el resto de su vida?
¿se han imaginado qué pasaría si el planeta se partiera a la mitad y el Norte se fuera para un lado y el Sur para el otro?
¿Quién se moriría primero?
México no es parte del Norte, todavía, pero los 28 millones de habitantes de la Ciudad de México, junto con todos los que están persiguiendo el sueño del Norte, son opresores deshumanizados, son parte de aquellos que están abusando de los recursos de esta hermosa tierra, pagando la mano barata, preocupados por la moda, fumando marihuana cargando pancartas que dicen No Más Sangre, quejándose del sistema urbano manejando autos en vez de bicicletas, incapaces de imaginar un cambio de vida sin recorridos inmensos, sin comida que no crece en menos de 100 kilómetros a la redonda, sin plástico, sin Made in China...

Garden Farming is Common Sense


Duele.
Y por eso agradezco a mis antepasados que viajaron,
caminaron y lucharon para que yo naciera donde nací.
No sólo fueron mi madre y mi padre,
también fueron los que vinieron de Europa y los que, aquí, resistieron.
Ellos soñaron también con nosotros crecidos, nacidos aquí.
Pero no estoy segura que en ese sueño estuviera la destrucción,
la terrible devastación humana que se vive al otro lado,
abajo y a la izquierda.

Yo aquí me quedo.
¡Señores ya no me busquen, no pierdan más su tiempo!
Yo aquí me quedo.
Yo resisto desde abajo.
Sí, nací arriba, seré quizá malasangre para el rey y la reina,
estaré negando una herencia,
mi hija tendrá que perdonarme.
Soy villana.
Soy indígena.
Soy rebelde.
Soy zapatista.
Soy lesbiana.
Soy poeta.
Soy abajo, soy a la izquierda,
Soy tu hija.

***

Anexo Atípico poema de amor

9.3.12

Los niños aquí son luchadores

Si tienes una población en la que el 40% es menor de doce años, necesitas, si quieres crear un desarrollo humano y sustentable, poner a la bola de chamacos a trabajar. Y no estoy defendiendo la explotación infantil, eso es otra cosa. Estoy hablando de que aquí (y allá también) es mejor para una niña o un niño aprender la verdadera ley de la vida que el abecedario en tres idiomas. Dicha ley de la vida la llamo La Ley de las Tres Cs: Cultivar, Cosechar y Cocinar.

Disculpa si tú crees que los niños son cosas que debemos controlar con videojuegos y televisión. Yo digo que no, que los niños son parte activa de la comunidad, son seres humanos libres y cooperar es parte de su naturaleza. Cuántas veces no has visto a un niño tratando de barrer o limpiando atrás de su mamá, o a una niña corriendo por la pelota en la cascarita callejera de sus hermanos. Aquí, los ves cargando madera en su cabeza, balanceando cacharritos de agua o amarrándose a sus hermanos a las espaldas. Es este el tipo de trabajo el que deben aprender a hacer y nosotros como adultos tenemos también la obligación de Cultivar, Cosechar y Cocinar estas actitudes.

Claro que hay muchos conflictos, violencia y abuso. Los niños aquí son más bien tratados como cargas, como inevitables deseos de dios por traer más pobreza y desesperanza. Pero, al mismo tiempo no cabe pensar en una vida sin ellos, al parecer esa es la obligación de toda mujer africana, traer al mundo tantos hijos pueda. Infelizmente, no son hijos que vayan a ser grandes seres humanos y que vayan a cambiar el destino destructivo del sistema. Son hijas que van a repetir los patrones sociales de sus padres cayendo en la espiral descendente en la que van todos girando poco a poco. Y ahí entramos nosotros también, y la pregunta ¿estamos nosotros (y por nosotros me refiero al 14% que tiene acceso a internet y al 80% que vive en más de 10 dólares al día), procreando grandes seres humanos que van a cambiar el destino destructivo del sistema, o estamos sólo aportando un número más a la sobrepoblación planetaria?


Los niños aquí trabajan para sobrevivir, y qué bueno que trabajen, yo lo celebro y lo estimulo. Si estos morros no aprenden de una vez que deben Cultivar, Cosechar y Cocinar, su futuro está lleno de muerte y más violencia de la que ya experimentan. Quizá por eso, cuando les vas a tomar una foto, inmediatamente se ponen en pose de guerreros. Para mi que lo saben, saben que ese es su destino: luchar. Y lo hacen mejor que nadie.


***

Loraine tiene 6 años. Está aprendiendo inglés. Cuando le pido traduzca alguna palabra de inglés a chichewa aprieta sus ojos y, cuando encuentra la palabra, la dice con toda la emoción que sentimos cuando nos damos cuenta de que somos, al fin y al cabo, un animal muy inteligente.

A Loraine le gusta tocarme, percatarse del color de mi piel. Con sus deditos sigue las líneas imaginarias (y las tatuadas) de mis brazos. Mientras lo hace, canta.

El día que me tocó cuidar a Express

2.3.12

El tabaco y el cultivo de la comodidad: Malawi

No fumo. Y si alguna vez se me ocurriera fumar lo pensaría más de dos veces. La cultura del cigarro, allá en el Norte, fue creada por un acuerdo entre potencias, es decir, entre políticos, empresas y medios de comunicación (sí, la sociedad civil nunca representa una potencia, aunque seamos mucho más poderosos, a la mayoría les cuesta trabajo percatarse).

Entre los acuerdos de estas tres potencias estuvo el usar a países en desarrollo como productores y, por consiguiente, oprimirlos y controlarlos con políticas represoras y asesinas. Han pasado varios años ya, y con el paso de éstos se ha satanizado mucho más al adicto, se le reprime su libertad y cada vez se le cobra más (todo parte del plan macabro de las mencionadas potencias). Lo que no ha pasado en todos estos años es la libertad de aquel que cultiva la materia prima de los cigarros que se fuman los del Norte. Y sí, porque la planta del tabaco se cultiva aquí, en el Sur, como casi todas las comodidades del rico Norte.

Malawi, pues, es uno de los principales “productores” de tabaco (nótese que lo entrecomillo porque si nos ponemos exigentes la productora es la Madre Naturaleza, el hombres sólo trabaja para explotarla a ella como a él lo explotan las potencias). Entonces le vendieron un día a Malawi la idea de que usara su tierra para cultivar tabaco, las potencias le prometieron oro, plata y un futuro lleno de riqueza. Y sí, de nuevo, ni el oro ni la plata ni el futuro lleno de riqueza le da de comer al pobre, pero la tierra sí, la tierra si nos da de comer a todos y a cada uno de los que estamos vivos en este planeta. Aún así, decidimos que es mejor tener plata que comida, mejor tener oro que jitomates. Todos se pusieron a plantar tabaco y té, uno que les encanta allá en Europa.

“Sí, Petra, no tenemos que comer, pero ya verás que voy a vender este costal de cigarros y te voy a traer la antena para el radio que tanto quieres”. Pero dicho camión no tiene como llegar, pues, además, en Malawi se vive la peor crisis del petróleo. Una muy parecida a la que vivieron los cubanos cuando la caída de los rusos. Aquí es cosa de todos los días que se apaguen los carros a mitad del camino, que las filas en las gasolineras sean de 3 a 5 días y que la electricidad dure de 3 a 5 horas diarias en las áreas urbanas. En el mercado negro consigues gasolina rebajada de a 5 dólares el litro. “Pa cuando el camión pase ya se nos murió Juanito, mejor siembra un maíz pa darle su atol al niño y que ya no chille”. Las mujeres siempre tan sabias.

Y pues así es como están sobreviviendo, pues parece que el rico está dejando de fumar, o que los químicos consiguieron hacer cigarros sin tabaco, pues el año pasado aquí se sufrió mucho, se les quedó el tabaco y se les murieron muchos Juanitos, por lo que este año decidieron usar su tierra para su maíz (claro que ya les cayó Monsanto, pero esa es otra historia). Hay uno que otro que sigue haciéndole la lucha a la droga, y hay muchos otros que siguen cultivando el té, pues se la creen que el oro va primero que el pan.

Lo más interesante del asunto no es que allá en el Norte estén fumándose su vida sin detenerse ni un segundo a pensar de dónde viene aquella materia prima (de todos modos casi nadie en el Norte se pregunta nada, están muy ocupados con sus vidas como para prestar atención en detalles tan insignificantes como el origen de las cosas). Lo más interesante es que todos aquí abajo saben qué es el tabaco, saben perfectamente cómo usarlo, saben lo que es y lo que hace... pero en su cultura fumarlo es total y absolutamente inaceptable. Aquél que fuma es juzgado por la sociedad y reprimido. Es de mala educación fumar en frente de la gente, casi tan malo como que una mujer deje a su marido o que se le ocurra denunciar que éste la viola todos los días desde que tenía quince años. Los que fuman aquí son los blancos, los africanos que fuman han de ser de África del Sur o de Nigeria (me dicen). Sólo he visto a africanos fumar en las estaciones de autobús, pero he visto al menos dos anuncios de cigarros locales en las calles de Blantyre y Lilongwe. Y los blancos que viven aquí sólo pueden fumar dentro de sus habitaciones, nunca enfrente de la gente local.

Ya casi llegamos al límite de tiempo, 2015, las Millennium Goals... ¿cómo le vamos a hacer para acabar con la pobreza? No con el maíz, no con las lentejas, no con los jitomates en los patios traseros de sus chozas. ¡Sí con la droga! A mi que no me vengan con el cuento de que las políticas exteriores y el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional... la tierra es la que nos va a dar de comer y si no la respetamos nos va a cargar a todos y nos va a usar de abono. No sé de acto más político hoy en día que tener tus propios vegetales y tus propias hierbas. No hay pero que valga ¿quieres fumar? Empieza a cultivar tus propios vicios y te liberarás tu mismo de ser una horrible potencia opresora.

25.2.12

Nunca he volado un papalote y mañana es mi cumpleaños

Desde que la conocí hace unos años supe que era distinta.

Al principio, dejó todo muy claro. No hubo “¿estudias o trabajas?”, más bien me dijo “¿te gustan los papalotes?”. La miré con extrañeza, sentí como si pudiera leer fibras de mi historia. No recuerdo haberle mencionado, en ninguna de las otras dos veces que nos habíamos visto, el deseo pueril que siento de ser papalote y las emociones que la palabra me provoca. Pestañeé, sonreí y le dije que sí, que me gustan. “Perfecto, te veo a las tres, el jueves, a fuera de tu facultad”.

Decidida, la muchacha.

El jueves, pues, la cita se trató de sentarnos en “las islas” a observar y admirar cientos de papalotes. Las cosas que yo sentía y mi enorme sonrisa de niña... ¿era ella capaz de movilizar a tantas personas a volar papalotes al mismo tiempo sólo para impresionar a la chica que le gusta? ¿Lo había planeado todo para que al instante me enamorara perdidamente?

Sí, y no. Era el día del papalote, una de esas ideas hermosas que tiene la universidad. Para mí no había nada, sólo colores, alas, personas atadas al sueño. Era como verlas flotar, si te fijabas los pies no tocaban el piso todo el tiempo.

“Nunca he volado un papalote”, le dije, “ya sé”, me contestó, “un día vamos a volar papalotes juntas”. Era como si me estuviera diciendo “tenemos toda la vida, ya verás que será todo un vuelo lleno de papalotes”.

Y sí, en cinco años no hemos volado ni un sólo papalote, pero vaya que hemos volado. Otros continentes han estado en el mapa y, si se fijan, nuestros pies no tocan el piso todo el tiempo.

Nunca he volado un papalote y mañana es mi cumpleaños. Paciente, lo sigo esperando. Creo que lo está guardando para un momento en particular, no vaya a ser que me vaya flotando... o, quizá, yo soy su papalote y no me he dado cuenta.



19.2.12

Sobre religión, tradición y otras cosas

Misho habla con el Holy Spirit.

También me contó que en su clan, Njanja, si uno no obedece a su mamá, ella se toma el pecho izquierdo y se lo aprieta para que salga la leche, si la leche toca el suelo significa que te está maldiciendo para que no te vaya bien en tu camino. Cuando deciden salir del país tienen que ir a sus padres para consultar y para que bendigan su camino, si se van del país o viajan sin avisar a sus padres, su vida corre peligro. Como ahora su mamá falleció él puede protegerse con la mamá de su esposa y como el padre de su esposa falleció ella puede protegerse con el padre de Misho, su marido.

Íbamos caminando y al llegar a una interjección los tres con los que iba, Misho, Patrick y Moises, se detuvieron a mirar a una mujer, aplaudieron tres o cuatro veces mientras decían palabras en chichewa y agachaban la cabeza, pude entender que dijeron ‘zicomo, zicomo, zicomo’, que significa tanto gracias como de nada. La mujer aplaudía también, pero no agachaba la cabeza. El aplauso es sutil una mano sobre la otra, las dos a la altura del ombligo, es un símbolo de respeto. Cuando terminaron y seguimos caminando me dijeron que ella es “the chief of the community”, “the chief of the clan”. Pregunté cómo funciona esa jerarquía, si es que “the chief” es la persona más vieja. Me explicaron que no, que normalmente es la familia que llegó primero a ese lugar, son los fundadores. Cuando alguien nuevo llega tiene que ir con esta familia a pedir permiso para establecerse ahí y si alguien necesita más tierra tiene también que pedir permiso. Según me dicen esta familia fundadora es la familia que sabe cómo repartir la tierra y cómo ser generosos, son muy sabios y espirituales. No ejercen poder sino respeto. The Chief puede ser hombre o mujer y a veces no son viejos, pero casi siempre son personas mayores pues es un puesto que se pasa a quien sigue en la línea de linaje. Cualquier actividad en la comunidad debe involucrar a la Chief. Si queremos construir una escuela, si queremos organizar una gala de deportes para los jóvenes, si queremos comenzar un huerto de hierbas medicinales, si queremos ir a aplicar pruebas de VIH o a demostrar el uso del condón. Si uno no involucra a la Chief una corre peligro, pues es una grave falta de respeto, además la Chief sabe cuándo es el momento indicado para realizar las actividades. Por ejemplo, es común que se roben el material de las escuelas primarias que construimos, entonces uno debe ir al Chief y es ella quien sabrá qué hacer, cuándo hacerlo y cómo. Pero the Chief no bendice ni maldice, ese poder queda en la familia de cada uno.

Cuando llegué a Chilangoma me hacían comida especial, vegetariana. Es que los rastafaris son vegetarianos y aquí, en África en general, el rastafarismo sí existe. En Latinoamérica existe también, pero después de mi visita al caribe me di cuenta de la diferencia entre el rastafari latino, el rastafari caribeño y ahora el rastafari africano. El rastafari aquí es una cultura presente y son un grupo religioso tomado en cuenta. Según me han dicho al principio los juzgaban mucho pues había muchas confrontaciones violentas entre rastafaris y gente común, además de la inevitable conexión con la marihuana. Pero después de un tiempo los rastafaris comenzaron a defender su cultura y su lugar, compartieron sus creencias y su movimiento de paz y amor por la naturaleza, así como el uso ritual de la hierba sagrada (que es muy distinto al abuso de una droga). El rastafari no ha sido un personaje que defienda la igualdad entre seres y esa ha sido una de sus debilidades pues, como muchas religiones, el poder lo tiene sólo el hombre y todo lo que parezca extraño o distinto (como la homosexualidad o la mujer) es cosa del diablo y debe quedar fuera. Hoy el rastafari está buscando otro espacio, pues la Biblia, que es su libro sagrado, es mucho más inclusiva de lo que algunas interpretaciones creen. Así pues digamos que el movimiento Rastafari se está reivindicando, aunque todavía pecan de antifeminismo. El punto es que después de varios días me preguntaron si yo soy rastafari pues todo en mi apariencia indica que lo soy (ja ja en Latinoamérica, sólo soy una hippie que parece no tener causa, acepto que prefiero me identifiquen como rastafari que como “una mugrosa”, pero eso también ya está cambiando en nuestro lado del mundo). Y sí, parte de mi cultura es rastafari, pero yo soy un ser espiritual no religioso, lo cual les di como respuesta (desde ese día no me hacen comida vegetariana). Me contaron que los rastafaris en Malawi se dieron a respetar porque ganaron una batalla contra el gobierno. Resulta que aquí cuando tus hijas/hijos entran a la primaria, entre los 6 o 7 años, les cortan el pelo. Casi todos, hombres y mujeres, traen la cabeza rasurada, cosa que para los rastafaris es inaudita. El cuerpo es el templo, no puedes cortarlo ni cambiarlo ni modificarlo con nada que no venga de la naturaleza (de ahí que Bob Marley no se haya tratado el cáncer con medicina alópata). Así pues los rastafaris en Malawi se rehusaron a cortarle el pelo a sus hijas/hijos. Ganaron y esa obligación quedó en el olvido, ahora los padres son libres de dejar a sus hijas/hijos ser libres y usar el cabello como se les de la gana. Otra razón por la que respetan al movimiento rastafari es porque viene de Etiopía y, aunque Etiopía no significa el sueño americano y el éxito capitalista de África del Sur, Etiopía es el único país que resistió la colonización, lo cual lo hace ser ‘la verdadera África’.

Si he de comparar he de decir que el rastafari del Caribe es el que más me dolió, es ese rastafari con aspiraciones ortodoxas pero lleno de malentendidos y concepciones retrógradas. Que si nos ponemos a ver cualquier religión llevada al extremo pierde su esencia, la cual, generalmente, es pura, hermosa, inclusiva y equilibrada.

One Love, One Heart.

Ella, la Madre Naturaleza, aquí tiene una voz alta, son claras sus palabras. No hay cómo escapar de la magia. La vida aquí está muy viva y toca las fibras profundas de nuestro animal que es también espíritu.

Elegua, Jah, Quetzalcóatl, Oxalá, Huitzilopochtli, Coatlicue, la lluvia, el aire, el agua, la vida... nuestro retorno a las Pléyades.

Nuestro camino está bendito, nos falta sólo arar al cielo.

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14.2.12

Sobre la Igualdad

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a Lourdes Martínez, guerrera

Quizá me estoy poniendo muy personal, pero ha de ser por Lali Puna y la música mor

Y es que no lo puedo evitar, me da mucha risa (y curiosidad) cuando los hombres (principalmente) me preguntan “¿Cuándo te diste cuenta que eras lesbiana?” ¿Cuándo? Como dice Ford (el de The Hitchhiker's Guide to the Galaxy) ¿por qué los hombres insistimos en hacer notar lo obvio?. Normalmente les contesto “¿Cuándo te diste cuenta que no eres homosexual, cuando tu papá te enseñó a no llorar como niña, cuando tu hermano te enseñó a defenderte por si alguien te dice puto o maricón, cuando tu mamá te mostró que la mujer no es más que un débil objeto para tu admiración?

Algunos (casi todos) caen redonditos ante mi provocación, y me dicen “pero si nunca te has acostado con un hombre no puedes saber”, contesto, “Ay ¿y qué tu ya te acostaste con un burro para probar si te gusta o no?”

A la mayoría les enseñaron a no dejar ser a su parte mujer, a no dejar que su ser natural viva el balance orgánico.

El heterosexismo de la sociedad, a pesar de que está en proceso de ruptura, es el culpable de muchas de las atrocidades y desgracias de la humanidad.

El heterosexismo es el principal promotor de la desigualdad.

La sociedad africana sufre un heterosexismo impresionante. El hombre vive total y absolutamente reprimido, a pesar de que él piense lo contrario. La mujer lo sufre, la mujer muere en manos de este hombre total y absolutamente deshumanizado.

¿Cómo un hombre que se dice ser humano puede defender la prostitución y la pornografía? Duele, duele ver a la naturaleza transgredida, rota, violada por una educación que mata.

Y luego, cuando ya no pueden más, me dicen “¡¡¡Entonces tu solución es que todos seamos putos y feministas!!!”

Lo que yo propongo es que tanto hombres como mujeres seamos nuestra naturaleza, que es perfecta y equilibrada. Todos somos hombres y mujeres. Un hombre que se sabe también mujer será incapaz de violar a su hermana.

En mi cultura no hay heterosexismo, sólo hay armonía del ser animal en balance y con libertad. Este libre albedrío es lo único que nos hace distintos de otros seres, el problema es que alguien nos enseñó a no ser lo que somos.

¿Cuándo te enseñaron a ser hombre?

Yo te voy a enseñar a ser mujer aunque tengas pene. Después te enseñaré a amamantar a un árbol, a llorar la lluvia, a escoger tu nombre, a caminar con lobos, a ser tu mismo y cambiar al mundo.

Tú me enseñarás a ser hombre, a arar la tierra, a construir paredes y casas, a curar mis manos con caricias, a defender al amor con respeto, a alimentarnos juntos con la comunión del ser con la naturaleza.

Igualdad - Misho y Lola
Walking with the comrades

12.2.12

Explosiones en el cielo

El realizar es, entonces, inútil. Lo que toca es reconocer que la iluminación está ocurriendo. “Aquí no creemos en Dios”, me dijo, “aquí nos tenemos los unos a los otros. Aquí somos una manada junto con el entorno. Pero cada quien es uno, cada quien es su propio dueño.” Hay quienes vienen aquí y dejan de hablar, como si las lenguas se les enredaran en la boca y les hicieran olvidar. “No somos como los perros. Somos primero animales, humanos. Después somos hermanas y al final tenemos un nombre que nos identifica. Podemos ir solos, nuestro animal responde a la libertad. Los perros no saben ser libres, por eso vienen con nosotras. Somos libres cuando estamos juntas, al ser una con el otro realizamos la existencia.”

Era yo contemplando una hoja. Más tarde era el pájaro que se regocijaba en un pequeño charco entre el arbusto y las piedras. Al atardecer vinieron las nubes y los recuerdos de la música de los hombres. “La música que escuchas en tu mente y que tarareas en silencio, es artificial. La música verdadera está allá afuera, es parte de ella no de nosotros. Puedes contemplarla después de varios intentos, pero es como el pájaro, tiene que permitirte admirarla, de otro modo volará a donde tu no puedas alcanzarla.”

“Para nosotros la vida es lo único que existe y el caminar, el observar y el entender es lo que nos permite realizarnos como animales, como seres humanos. Los perros tienen un trabajo y son felices cumpliendo su deber. Los árboles también. Todo. Así pues nosotras seguimos el mismo ejemplo. Son ellos el mejor ejemplo ¿no te parece?. Al final de cuentas ellos son los que han estado aquí desde hace millones de años; son ellos los que han visto el proceso de la tierra; son ellos los primogénitos de la Pachamama, de la Madre Naturaleza. El poder que yace en nuestra especie debe ser utilizado, pues es parte de lo que somos, pero su función ha de ser siempre la del crecimiento, la realización y el respeto.”

Desde que llegué supe que no estaba perdida, pero la palabra igual se enrolaba entre mis lenguas. Aquí esos conceptos no tienen espacio. “Uno siempre está y sabe su existencia si está en balance con la realización, si está en la realidad. Uno contempla para encontrar y no hay como equivocarse. No existe tal cosa.”

Se trataba de un estado no-alterado. Se trataba de todo lo contrario.

Una historia. Entre el fuego y las nubes rojas. “Eso pasa cuando uno se da cuenta que tiene dos pies con cinco dedos en cada uno. Eso pasa cuando uno contempla la propia piel y la encarna desde el instinto.” Aunque mi lengua estaba enredada en ella misma me parecía haber dicho “Es recordar el momento en el que nos parieron las estrellas. La visión de la memoria.”

El silencio y la inercia de sonreír son el balance perfecto para realizar un orgasmo de ser.

Aquí, somos.