y tengo entonces tanto silencio dedicable y tanta saliva corriendo por mi sangre que el ahogo de no verte y tenerte y olvidarte y saberte de nuevo como solo un ausente me deja en sombras y desnuda de todo me debo declarar blanca y casi hermosa muerte.
Llevo tanto lugar comun en la tragedia que me visto de rendida mejor antes de seguir fanfarroneando con la mentira.

Estoy tan triste que podría dejar de llorar sin querer
durante el día.
Tan que la canción es acompañada por un desentonado absorber de mi nariz tapada de miedo.
Tan tun que no puedo afinar en serio.
Puedo estar tan triste a veces que olvido la razón y sólo floto por el éxtasis de darme cuenta de mi existencia ajena.
Tan tri que siento la identificación con los que gritan.
Estoy tan triste que definitivamente podré dejar de llorar con el día y entregarme a la luz de noche sin mi ahogo de desvelos.

Sólo te pido que si me ves llorar no corras;
no vayas y me caigas encima como lluvia.
Si me ves llorar no supongas y guárdate en el silencio de mi bolsa.

Solo se y dejate llevar por la naturaleza del llanto,
por su indecible lenguaje de conmoción/emoción.

Con que la mirada con la que me veas cuando llore sea sincera basta.

Como ya dije: sólo quiero que me veas, esa es la verdad.

¿Toda necesidad es estúpida o sólo es la mejor justificación decir que todo lo que continua es estúpido sólo porque tenía miedo de escribirlo?
Es que iba a comenzar diciendo: "podrá sonar estúpido, pero necesitaba decirlo" ¿por qué no lo dije y ya? ¿por qué necesité del escudo de la sugestión? Tanto miedo le tenemos al juicio, supongo, que es mejor antes de decir advertir sobre la gravedad o la seguridad que hay en el discurso. El cual ahora, en vez de tener una justificación de una línea tiene ocho más, y esta justificación de la justificación no hace más que dar a notar más la inseguridad que siente el que escribe ante lo que escribe al imaginar lo que el que lee lee en lo que escribe. No hay mejor justificación que la ambigüedad, ahora estoy segura de eso. Buena justificación que la negación, también. ¿El peor demonio es la duda o el amor? Las dos son igual de inciertas y hasta se complementan aún en distintas oraciones y/o conjugaciones. Las dos palabras pueden ser verbos, mentiras y se ven bien entre signos de interrogación. Las dos causan efectos secundarios e irreversibles; llegan con la adolescencia y no hay vacunas en contra ni a favor; definen nuestra vida, aunque sin dominarla. Tienen millones de lecturas que al final llevan al amor por la duda, a la duda del amor y/o a sus contrarios. Son palabras de dos sílabas capaces de empezar o terminar la mejor frase; son capaces de decirlo todo y de hacernos pensar en magnitudes llenas de infinito. Su sonido es profundo porque existe, y su pronunciación es de fibras sumamente sensibles que cuando retumban en el oido del que las dice y el que las oye, lo transforma. Siempre transforman. Lo pueden cambiar todo, y no.

tengo tantas ganas de poder con la soledad

Me lleno de tanto contigo.
Me atravieso cada que te veo.
Me detengo a mí y me caigo tan contigo.
Me miento.
Me meto.
Me muero tanto contigo.

Me es tan imposible el silencio contigo.
Casi cómo conmigo.

¿Miras cómo?
Me caigo.
Me caigo de manera horizontal.
Me caigo de cabeza.
Que de cabeza se piensa mejor y de mejor pensar no me lleno
de frente.

Escribo cuando no bailo,
porque cuando bailo soy tan libre;
que no me ves cuando bailo,
porque cuando me ves no soy tan libre.
Cuando me ves no guardo silencio,
escribo con la voz que no quisiera tener cuando me ves.
Contigo me gusto.
Casi cómo conmigo.
Es que cuando me ves temo del silencio interno que no sé
si guardas,
guardo,
o guarda.
Es que cuando me ves sólo quiero que me veas y así me escuches
llena del vacío del eco de tu nombre.
Cuando digo digo.
"la verdad es ahora"
como dijo.
Cuando digo te digo.
Cuando no digo

sigo diciéndote.

Soy de amar y no me llevo con las joyas.
No ambar ni jade ni diamante.
Soy mejor pobre,
llena del vacío que de nuevo hace el eco que otra vez te nombra cuando me vuelves a ver.
Regresas rellena de oro.
¿No te atreves al vacío o temes demasiado de que entre?

Aplauden para seducirme.
y me quedo.
Quiero dejar de temer a la voluntad de desearte.
Quierote dejar sin mi demencia pero conmigo.
El logro es bailar cuando me veas y escribir cuando sin ti
caigo y luego guardar la mudez en el bolsillo de los pantalones
que descubrirán la libertad cuando sin quejas pueda quitarlos.

Quiero que me veas.
Esa es la verdad.

Había una vez dos...
siempre dos,
siempre hay sólo una vez para dos.
En dos se parte la pirmera o la vez que sea.
Son dos.
Dos que sólo una vez que hubo fueron uno.