5.11.12

Mirada 1


Si te dijera que te he mentido
cuando te dije que tus ojos y los míos son lo mismo
sería como si te hubiese dicho que ayer el reflejo de un charco me habló clarito
mencionó el tiempo que he perdido
y se quejó del viento.

No podría mentirle al rostro humilde de tu nombre
No he podido nunca dejar a un lado el deseo de la verdad que te habita,
la que te cubre.
Son las distancias las que me debilitan.

En aquella procuro y busco,
miro tantos relámpagos y siento tantas fuerzas ajenas.
En ellos me invoco pero no me encuentro.
Es sólo el asomar de tu alma en tu cara lo que crea,
sólo eso es reconocimiento y verdad,
lo demás se categoriza simple y sencilla mentira,
falacia de la realidad humana.