Atípico poema de amor

Si mis dedos fueran a callar la voz con la que te extrañan,
la fuerza con la que te anhelan,
la rabia con la que destruyen la distancia...

Correrían el riesgo de romper todo lo que toco,
de destruir los detalles que la belleza del entorno nos presta,
nos ilumina en silencio y sin luz
para darnos y dejarnos
para no permitir que se quede sin memoria
la necesidad que siento de tenerte
entrelazos
entrellas
entretodos los segundos con los que siento no poder más,
no resistir el aliento más,
no acabarlo nunca de entender.

La revolución que habita las manos mías son las necesidades pobres,
las resistencias humanas, naturales del desastre,
del ya inevitable cambio, rumbo perdido que andamos.

y sí, al menos estamos todavía juntas,
el sistema no ha logrado destruir nuestra humildad,
nuestra poco común alianza como hermanas.

Ndola, Zambia, 2012

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