26.6.09

Lapso

Todos siempre hemos formado parte,
sólo que no nos damos cuenta.
Ciegos nos vemos a la sombra de quien podemos,
intentando ocultar ese miedo que nos entierra bien adentro, en el misterio.


Los días se celebran y nosotros seguimos en silencio,
haciendo como si nada,
creyendo que no pasa aquello que nos desgarra.


Pedaleo sobre el cuerpo muerto de quienes me olvidaron
y cuando me caigo se ríen de mi,
me desdoblan sus carcajadas heridas,
sus cuerpos destrozados que todavía confían en que me levante
para seguir rodando,
rodando por estas calles habitadas por un tumulto igualmente perdido,
triturado por la terrible costumbre de estar vivo.


Los hombres somos hormigas débiles
que no podemos cargar ni con nuestro propio cuerpo;
vivimos sin ver al prójimo, corriendo para llegar a darle de comer a la reina Urbe,
a la puta reina que no nos quiere,
que nos esclaviza y nos detiene.


Los hombres somos débiles hormigas
y los ciclistas, pequeños especimenes de la raza,
diminutas figuras que intentan (y con muchas ganas)
cambiar el camino hacia la reina,
pero hacia la reina Naturaleza.

8.6.09

Stand up for your rights

El siguiente texto es fruto de una discusión que tuve en una reunión de amigos hace algunos días. Como en todo últimamente, fuimos a caer a la política. Creo que caemos ahí sin siquiera entender del todo el significado del concepto, de la palabra, de lo que implica. Por ello ahora me dedicaré a poner el link al significado de cada palabra que me parezca sustancial para entender mis ideas.

Si leyeron las definiciones podrán darse cuenta que la palabra es mucho más que aquello que decimos a la ligera cuando hablamos día a día de los candidatos, de nuestro voto, del país, etcétera. Si política es la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos y la actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo, nunca, por más que lo intentemos, podremos salir de ella o dejar de formar parte, aún si anulamos nuestro voto.

He ahí mi punto principal. En aquella reunión discutimos sobre si anular el voto servía de algo. Días después de esa pequeña charla me encontré con un pequeño manifiesto pegado en casi todos los postes de la colonia donde vivo, el cartel dice (lo transcribo con faltas de ortografía y de redacción):

Estas próximas elecciones: Yo anularé mi voto No creo en los Diputados ni en los Senadores. Para volver a creer en esta democracia representativa, YO ciudadano exijo por lo menos: El primer requisito para creer en este sistema de representación es que los diputados y senadores se bajen el sueldo por lo menos un 50% Si pueden adelantarse vacaciones y aprobarse aguinaldazos, creo que si pueden hacer una extraordinaria para aprobar algo que no está a discusión. El segundo requisito es que se eliminen las candidaturas plurinominales. Queremos que nos gobierne aquel por quien votamos, no el que al partido se le antoje. El tercer requisito es que se cancelen sus seguros de gastos médicos. Que nuestros trabajadores en el Estado vayan al ISSSTE, que es gratuito, y si no les gusta, que paguen su doctor particular con su sueldo y/o que se pongan a trabajar para arreglar el ISSSTE. El cuarto requisito es que ni el IFE ni ningún partido anuncien nada en ninguna televisora durante todo este proceso electoral y que ningún comentarista ni “comunicador” intente manipular mi tendencia al voto o mi derecho a la anulación de éste e incluso mi derecho a la abstención. Y así ya no se gastan recursos en estarse peleando entre el IFE y las televisoras. …. Y si diputados y senadores, IFE y partidos no cumplen estas condiciones vayamos en masa a anular nuestro voto este 5 de julio.

El texto no tiene ni autor ni referencia alguna, es completa y absolutamente anónimo, y creo que eso le da mucho crédito a quien lo está distribuyendo, pues está tomando cartas sobre el asunto y por ello lo publico aquí, porque creo que de eso se trata, más que de discutir interminablemente entre qué es mejor hacer y cómo hacer mejor al país. En la ya dicha reunión yo planteé la idea de que anular el voto es igual que abstenerse, pues recuerdo que en las elecciones presidenciales mucha gente iba y votaba por el Dr. Simi, pensando que los que contamos los votos íbamos a tomarnos el tiempo para contar sus votos y publicar sus resultados. Obviamente no lo hicimos, y nadie nos dijo que no lo hiciéramos, simplemente no valía la pena.

Así que hoy, después de encontrarme con estas personas que están tomando un espacio y se están expresando, me dan ganas de entregar ese granito de arena y publicar en mi blog de pocos lectores, aquello que me parece relevante, pues creo que votar o no votar da igual, el punto es hacer lo que hizo esta persona: tomar partido (stand up).

Sabemos el país y el mundo y el sistema en el que estamos, sabemos que la ecuación comienza con la educación y luego con la pobreza, sabemos que de ellas derivan los problemas –la corrupción, la delincuencia, el narcotráfico, la piratería, etc.–, y nos jactamos de esto con los brazos cruzados, pensando si votar o no votar y luego por quién votar. Yo pienso que el punto, al percatarnos, está en tomar cartas y salir a hacer algo. Suena idealista, no puedo evitarlo, pero creo que si sabemos por dónde empezar podemos realmente dejar de pelear y cambiar al menos nuestra situación personal, pues ahí comienza el verdadero problema, la corrupción real. Lo reitero y lo repito
El futuro no está en los niños, sino en quienes los criamos.

Me sorprendo cada que oigo a alguien que compra piratería quejarse del crimen organizado. Me sorprendo cuando oigo que un compañero de menos de 26 años dice que él no tiene pedo con los homosexuales siempre y cuando no sean ninguno de sus amigos. Me sorprendo cuando alguien ve un asalto y no hace nada, cuando alguien deja su colilla tirada afuera del bar.

Son los detalles que nos hacen diferentes y que, como lo dije en la Netáfora aquella vez, lo que nos queda es ser nuestro propio partido, anular el voto es tan absurdo como hacer una denuncia, pues no creemos en el sistema en el que estamos, así que no pensemos que con ese simple acto estamos haciendo algo, vale la pena hacerlo realmente, como lo ha demostrado aquel que ha puesto su tiempo y su dinero en pegar hojas con sus demandas a los diputados y senadores.

Como apéndice y nada más porque me parece un bonito dato curioso, aviéntense a leer el manifiesto por la legalización de la marihuna y el manifiesto contra la homofobia y la discriminación por motivos sexuales, ambos del “alternativo” partido social demócrata (con minúsculas). Se ve que quieren el voto de nosotros, la minoría en resistencia.

Leer sirve para darse una mejor idea, pues es lo único que nos queda… bueno, y juntar fuerzas para darle muerte al partido verde, que bien se la merece.