24.6.06

Poetizas

Alguien me dijo un día que lo malo de las mujeres poetas es que siempre escriben para insultar a los hombres. Pero... ¿qué pasa con las que no nos metemos con ellos, con las que como ellos nos metemos en el intento de entender lo imposible?

¿cómo hacemos nosotras para ser poetas?



abril/06
Si sabes lo que duele podrás decirme la verdad
y sonreír ante ella,
tomando el dictado de mis besos y el amor que gateo.
Deseo amarte para siempre,
mantener tus ojos con tinta hasta la muerte;
encontrar tu correspondencia hasta en las más puras visiones;
tomarte y en la nada olvidar el miedo;
cansarme de tus piernas y correr de boca al ombligo perfecto de tu rostro.

Cuando dispare mi magia de suave flor y tu humilde verde me acaricie,
entonces seré feliz y podré dejarte,
no ahora, que todavía no eres mía.


junio/06

11.6.06

De verdad que no te pido demasiado. Que lo que soy es tan simple como un movimiento del cuerpo que sin pretextos ni búsquedas exageradas se cree a él mismo creando su naturaleza.
Te pido tan sólo que seas ese movimiento. Que con lo superficial de la iniciativa me nombres y ahí me entregues lo que un día usaste para encadenarme. Simple como poner un dedo sobre un sonido, una palabra sobre un significado, una gota de saliva sobre un sentimiento.
Así pregunto si es eso lo que quiero. La voz contesta que no es lo único pero sí lo urgente. Ponle fin a las malas ideas, los no deseados sueños, las confusiones, y prometo no volver a decir que necesito que me beses.


Junio/06
Y quiero pues que tú me quieras.
Así, me dirás todo lo que no has podido ser sin que te mire.
Sin que te mire ese viento sin temple,
ese agujero que termina tantas veces y te revive.

Y quiero pues que tú no me quieras.
Para quererte y hacer que valga la pena.

Y quiero entonces quererte.
Detener los verbos y no saber que todo el tiempo,
en todos lados,
alguien se lamenta cuando se equivoca.

marzo. 2006.
Llegaste justo cuando yo me fui.
No, no sé a donde iba,
pero me iba.
Tal vez lejos, tal vez sólo con la excusa.

Llegaste con la misma cara,
con las mismas ganas
y las mismas repulsivas mañas.

Llegaste tarde o me quedé esperando demasiado.
¿Cómo saberlo?
¿Cómo investiga un muerto a un vivo?
¿Cómo hacer para decirte algo si lo único que puedo hacer cuando te veo es verte?

Llegaste y te vi,
vi que te ibas,
vi que era yo quien caminaba y tu quien hablaba.
Algo sé que decías, pero no, no puedo entenderte mientras te veo, mientras me voy.

Sabes que siempre me fue difícil comprenderte,
más cuando estoy por dejar la espera,
por terminar con la esperanza,
por decir la palabra olvido,
por hacer del verbo un sustantivo,
por hacer de ti un término.

Odio amarte.
Eso lo sé con tanta seguridad, lo sé tan bien,
que odio incluso saberlo cuando te beso,
cuando te tengo,
cuando te espero,
cuando te vas porque yo ya me he ido.