23.11.09

Un detalle: los dedos de María

Me gusta ver cómo los dedos de María se enredan cuando trata de amarrarse las agujetas. Toma el primer lazo y lo analiza; lo ve de arriba a bajo y trata de ver en él algún tipo de forma. Desliza despacio su mano derecha por el segundo lazo suelto, lo acaricia suavemente mientras mira la punta envuelta en plástico descansar sobre su otra mano. Decidida toma con dos dedos las dos puntas; respira profundo y comienza a bailar de un lado a otro con las manos, pasando las puntas por arriba y por abajo. Cuando se le acaba el aire simplemente deja ir lo que debería ser un nudo y abre curiosa los ojos, mordiéndose la lengua. No hay nada más que un par de agujetas enredadas descansando sobre la lengueta de su tenis derecho. María se deja caer hacia atrás para terminar sentada, decidida a lograr lo que parece imposible.

Me gusta ver los dedos de María cuando trata de amarrarse las agujetas de sus tenis morados. Sentada, con los dos pies delante, analiza el derecho bien hatado por su madre y comienza a imaginar cómo deberá mover los dos lazos que caen tímidos al lado de su pie izquierdo. Toma las puntas, las jala hacia arriba para ver que terminen en juntas y las deja caer hacia el lado contrario, se les queda viendo como con resentimiento mientras decide el siguiente paso. Sus dedos dibujan un círculo con el lazo izquierdo y uno con el derecho. María se muerde la lengua y pasa un círculo por debajo del otro, luego por arriba, jala una punta, aprieta un círculo y mete en él la punta contraria, jala con fuerza y se encuentra de nuevo donde empezó todo.

Me gusta ver a María afrontando su tragedia con una sonrisa. Sabe que no puede levantarse y andar de nuevo por donde venía, pues corre el riesgo de caer, de pisar con su otro pie el lazo suelto que navega por la banqueta sin reparar en los charcos por los que se ahoga. María sabe que debe amarrarse las agujetas. Sabe también que en ese nudo ella puede amarrar las cosas que quiera guardar cerca del suelo, donde nadie nunca va a verlas. Su papá le dijo un día que los sueños no se debían amarrar al cabello, pues es ahí donde todo el mundo busca. Le dijo que era mejor amarrarlos a los zapatos, pues nadie presta atención del camino por el que corren los demás, por eso ahí los sueños están seguros de envidias, robos o extravíos. Por eso María debía aprender a atarse bien fuerte las agujetas, pues ahora, precisamente, tenía el sueño de caminar millas enteras hacia donde vivía su padre. Cerca del mar, le había dicho alguien.

Me gusta ver las agujetas de los tenis morados de María, bailando de un lado a otro, luchando contra su propia fuerza para quedarse juntas para siempre. Una punta busca a la otra, se cruzan y se alertan. Tú por abajo y yo por arriba, deja que te lleven por la derecha en lo que yo encuentro cómo entrar por atrás desde abajo y hacia arriba. Flota hacia la izquierda y gira al rededor de mi cuello apretando fuerte hasta que te pierdas. Entonces pasaré por debajo de ti para que al final, de un tirón, nos logremos quedar juntas toda la vida.

Me gusta María y sus dedos enredados en mi cabello, buscando robar mis sueños todavía.

17.11.09

La vida groupie

Me fui, me regresé y me revolví...

Estrenando blog de relatos y vivencias: http://lavidagroupie.blogspot.com
Ahí encontrarán historias de mi nueva vida, de mi nueva cotidianidad, digamos que es un blog más personal.

Mudez seguirá siendo mi espacio y seguiré actualizándolo, ahora sí creo que podré hacerlo cada quince días, como nunca prometido.

Los veo por aqui por allá por aqullá...

siempre invitados

26.8.09

Quiero una MADSEN

Por favor sólo denle click al link/imagen de abajo en este post.
Háganlo todas las veces que puedan al día para que me gane una bicicleta.

Sueño con una bicicleta de esas, por favor por favor por favor, se los pagaré con buenas publicaciones y muchas energías...


Madsen Cycles Cargo Bikes

16.7.09

La pura idea excita, una idea

Nada es evidente, estoy de acuerdo. Lo obvio no es más que una mentira para el otro, pero igualmente me parece absurdo repetir y repetir aquello que ya se ha dicho. Creo que la anáfora puede llegar a ser hermosa siempre y cuando no se abuse de su capacidad redundante. Esto viene a cuento porque la obra que pretendo reseñar, La pura idea excita, cae, precisamente, en el problema en el que caen casi todas las producciones mexicanas que sienten la necesidad de avisar al espectador cuál es su propósito. Me parece que esta necesidad está relacionada con la inseguridad de quien escribe, es como si ellos mismos no confiaran lo suficiente en su propio texto y en sus ideas, y entonces toman por los cuernos lo evidente, lo obvio y van y le restriegan al espectador su objetivo. No todos los espectadores somos idiotas, no nos tienen por qué avisar nada ni por qué dejar claro nada, justificarse ya pasó de moda, si quien presencia un acto crea en su cabeza algo distinto de lo que el autor quiso, está bien, de eso se trata, pues el autor, bien ha dicho Barthes y Foucault, está muerto, quien lee, quien ve y quien piensa es quien crea, aunque no tenga nombre ni reconocimiento.

La frase la pura idea excita invoca distintas ideas, pero en el momento en el que veo a dos tipos desnudos, un hombre y una mujer, sentados en un sillón, restregándome en la cara que soy una morbosa que sólo quiere verles los pezones y los huevos, sé perfectamente qué quiere decir que la pura idea excita, ¿por qué decirlo? ¿por qué obligar a una joven actriz a chutarse un monólogo que sólo dicta lo evidente, lo obvio? Quizá David, el autor, pensó que en el público podía haber un distraído o un niño que no tuviera idea de qué era lo que hacían dos personas paseando por el espacio desnudos recitando las grandes líneas de películas galardonadas.

Alguna vez, en alguna clase, allá en los tiempos de la facultad, algún maestro me dijo que el título, de cualquier tipo de texto, era importante, pero que, a pesar de su relevancia, no era parte del cuerpo del texto, pues se mantiene al margen, como las notas al pie, por ello no se vale comenzar un ensayo dando por hecho el título. Por ejemplo, si éste es “Los fenicios”, uno no debe comenzar su ensayo diciendo “Son una cultura que tal y tal”, pues ahí se estaría dando por hecho que el lector leyó el título, cosa que no todos hacen y que no se debe manejar como evidente, como obvia. Sin embargo, estoy hablando de la lectura individual de un texto, donde la única representación que existe es la que uno imagina, no la que un grupo de teatro o de cineastas están queriendo transmitir, y es diferente, pues en la segunda el trabajo de los otros es hacernos ver, con su representación, lo que ellos quieren que veamos, de ahí que sea importante recalcar que lo obvio no lo es y que lo evidente puede serlo sólo para unos pocos.

Pero bueno, para no abusar de la redundancia, pasaré al punto en el que la obra es una obra (pues no todas lo son). La búsqueda de La pura idea excita está relacionada con la del ser sexual que todo ser humano trae dentro; el par de actores trata de confrontar al público con ese yo interno que, según dicen, la mayoría reprime. La clave es la palabra confrontar, pues con la desnudez y con los diálogos violentos quieren poner en jaque al espectador, pero, insisto, al espectador niño y distraído, no a aquel que se ha entrenado viendo todas las películas de Woody Allen y que ya no se sorprende; no a aquel que ha visto Closer con detenimiento y sabe que, quizá a sabiendas, las escenas fueron tomadas prestadas (quizá hasta con pago de derechos por la traducción).

No le quito crédito a este grupo de jóvenes actores, de verdad que no, pues su búsqueda es muy válida, pero todavía muy pueril, ya que si se desea transgredir el límite que impone el teatro se debe analizar con más minuciosamente a quienes lo han logrado ya; la escuela de Pirandello, por ejemplo, que rompe de tajo con la conceptualización del teatro y que sin buscar conmover al espectador, sin dejar tan clara cuál es su pretensión, rompe toda las paredes preestablecidas y desviste al público ante las dudas y ante el verdadero reflejo de ese yo interno que, según dicen, la mayoría reprime.

26.6.09

Lapso

Todos siempre hemos formado parte,
sólo que no nos damos cuenta.
Ciegos nos vemos a la sombra de quien podemos,
intentando ocultar ese miedo que nos entierra bien adentro, en el misterio.


Los días se celebran y nosotros seguimos en silencio,
haciendo como si nada,
creyendo que no pasa aquello que nos desgarra.


Pedaleo sobre el cuerpo muerto de quienes me olvidaron
y cuando me caigo se ríen de mi,
me desdoblan sus carcajadas heridas,
sus cuerpos destrozados que todavía confían en que me levante
para seguir rodando,
rodando por estas calles habitadas por un tumulto igualmente perdido,
triturado por la terrible costumbre de estar vivo.


Los hombres somos hormigas débiles
que no podemos cargar ni con nuestro propio cuerpo;
vivimos sin ver al prójimo, corriendo para llegar a darle de comer a la reina Urbe,
a la puta reina que no nos quiere,
que nos esclaviza y nos detiene.


Los hombres somos débiles hormigas
y los ciclistas, pequeños especimenes de la raza,
diminutas figuras que intentan (y con muchas ganas)
cambiar el camino hacia la reina,
pero hacia la reina Naturaleza.

8.6.09

Stand up for your rights

El siguiente texto es fruto de una discusión que tuve en una reunión de amigos hace algunos días. Como en todo últimamente, fuimos a caer a la política. Creo que caemos ahí sin siquiera entender del todo el significado del concepto, de la palabra, de lo que implica. Por ello ahora me dedicaré a poner el link al significado de cada palabra que me parezca sustancial para entender mis ideas.

Si leyeron las definiciones podrán darse cuenta que la palabra es mucho más que aquello que decimos a la ligera cuando hablamos día a día de los candidatos, de nuestro voto, del país, etcétera. Si política es la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos y la actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo, nunca, por más que lo intentemos, podremos salir de ella o dejar de formar parte, aún si anulamos nuestro voto.

He ahí mi punto principal. En aquella reunión discutimos sobre si anular el voto servía de algo. Días después de esa pequeña charla me encontré con un pequeño manifiesto pegado en casi todos los postes de la colonia donde vivo, el cartel dice (lo transcribo con faltas de ortografía y de redacción):

Estas próximas elecciones: Yo anularé mi voto No creo en los Diputados ni en los Senadores. Para volver a creer en esta democracia representativa, YO ciudadano exijo por lo menos: El primer requisito para creer en este sistema de representación es que los diputados y senadores se bajen el sueldo por lo menos un 50% Si pueden adelantarse vacaciones y aprobarse aguinaldazos, creo que si pueden hacer una extraordinaria para aprobar algo que no está a discusión. El segundo requisito es que se eliminen las candidaturas plurinominales. Queremos que nos gobierne aquel por quien votamos, no el que al partido se le antoje. El tercer requisito es que se cancelen sus seguros de gastos médicos. Que nuestros trabajadores en el Estado vayan al ISSSTE, que es gratuito, y si no les gusta, que paguen su doctor particular con su sueldo y/o que se pongan a trabajar para arreglar el ISSSTE. El cuarto requisito es que ni el IFE ni ningún partido anuncien nada en ninguna televisora durante todo este proceso electoral y que ningún comentarista ni “comunicador” intente manipular mi tendencia al voto o mi derecho a la anulación de éste e incluso mi derecho a la abstención. Y así ya no se gastan recursos en estarse peleando entre el IFE y las televisoras. …. Y si diputados y senadores, IFE y partidos no cumplen estas condiciones vayamos en masa a anular nuestro voto este 5 de julio.

El texto no tiene ni autor ni referencia alguna, es completa y absolutamente anónimo, y creo que eso le da mucho crédito a quien lo está distribuyendo, pues está tomando cartas sobre el asunto y por ello lo publico aquí, porque creo que de eso se trata, más que de discutir interminablemente entre qué es mejor hacer y cómo hacer mejor al país. En la ya dicha reunión yo planteé la idea de que anular el voto es igual que abstenerse, pues recuerdo que en las elecciones presidenciales mucha gente iba y votaba por el Dr. Simi, pensando que los que contamos los votos íbamos a tomarnos el tiempo para contar sus votos y publicar sus resultados. Obviamente no lo hicimos, y nadie nos dijo que no lo hiciéramos, simplemente no valía la pena.

Así que hoy, después de encontrarme con estas personas que están tomando un espacio y se están expresando, me dan ganas de entregar ese granito de arena y publicar en mi blog de pocos lectores, aquello que me parece relevante, pues creo que votar o no votar da igual, el punto es hacer lo que hizo esta persona: tomar partido (stand up).

Sabemos el país y el mundo y el sistema en el que estamos, sabemos que la ecuación comienza con la educación y luego con la pobreza, sabemos que de ellas derivan los problemas –la corrupción, la delincuencia, el narcotráfico, la piratería, etc.–, y nos jactamos de esto con los brazos cruzados, pensando si votar o no votar y luego por quién votar. Yo pienso que el punto, al percatarnos, está en tomar cartas y salir a hacer algo. Suena idealista, no puedo evitarlo, pero creo que si sabemos por dónde empezar podemos realmente dejar de pelear y cambiar al menos nuestra situación personal, pues ahí comienza el verdadero problema, la corrupción real. Lo reitero y lo repito
El futuro no está en los niños, sino en quienes los criamos.

Me sorprendo cada que oigo a alguien que compra piratería quejarse del crimen organizado. Me sorprendo cuando oigo que un compañero de menos de 26 años dice que él no tiene pedo con los homosexuales siempre y cuando no sean ninguno de sus amigos. Me sorprendo cuando alguien ve un asalto y no hace nada, cuando alguien deja su colilla tirada afuera del bar.

Son los detalles que nos hacen diferentes y que, como lo dije en la Netáfora aquella vez, lo que nos queda es ser nuestro propio partido, anular el voto es tan absurdo como hacer una denuncia, pues no creemos en el sistema en el que estamos, así que no pensemos que con ese simple acto estamos haciendo algo, vale la pena hacerlo realmente, como lo ha demostrado aquel que ha puesto su tiempo y su dinero en pegar hojas con sus demandas a los diputados y senadores.

Como apéndice y nada más porque me parece un bonito dato curioso, aviéntense a leer el manifiesto por la legalización de la marihuna y el manifiesto contra la homofobia y la discriminación por motivos sexuales, ambos del “alternativo” partido social demócrata (con minúsculas). Se ve que quieren el voto de nosotros, la minoría en resistencia.

Leer sirve para darse una mejor idea, pues es lo único que nos queda… bueno, y juntar fuerzas para darle muerte al partido verde, que bien se la merece.

28.5.09

“The High-five is, like, boring”

Esta noticia merecía aparecer como el post de esta semana, pues como se los he dicho este blog no pretende volver a ser lo que fue, pues ahora lo que quiero decir ha cambiado de matiz, lo cual no significa que de vez en vez no se me vaya a escapar una serie de palabritas acomodadas de manera tal que puedan llegar a ser algo distinto y quizá provocar.

Pero bueno, si antes de leer mi post le dan click al título del mismo y leen la noticia podrán entender un poco más por qué le cedo este espacio, pues me maravilla la idea de que en ciertas escuelas de EU estén escandalizados de que la moda sea abrazarse ¡y tan escandalizados están que están comenzando a prohibirlo! Definitivamente la frase que cité para titular este post se lleva el premio, la reportera que entrevistó a Claire Lilienthal tiene mis respetos, pues logró captar la esencia adolescente que, sin lugar a dudas, es la única capaz de decir algo como “The High-five is, like, boring”... y sí, aburrido aburrido aburrido.

Algo que nos define a los latinos es precisamente la capacidad que tenemos de mostrar afecto físicamente, de ser efusivos y de no temer al contacto físico con los desconocidos. Al tener esto en mente me parece todavía más impresionante que los estadounidenses usen algo tan banal como una moda adolescente como un paliativo, y no quiero dejar en malos términos al New York Times que hasta le dedica un espacio a la noticia, pues algún interés oculto debe de haber, o algún tipo de chascarrillo entre editores (o al menos eso quiero pensar, porque de no ser así pienso cosas muy terribles y peligrosas, como que estamos entrando en una era de represión implícita que está metiéndose en la vida de los jóvenes como si fuese algo natural, así como a nosotros, “La Generación del Temblor”, nos inculcaron la revolución y la rebeldía).

Dejando a parte lo chistoso, vale la pena reflexionar, percatarse de que esto es algo que está pasando y que si en algunas secundarias prohíben el contacto físico entre los chicos (sin excusas de contagios de nada) en cualquier momento volveremos a las ideas medievales de golpear a los alumnos, encerrarlos en calabozos cuando no hacen la tarea, formarlos, uniformarlos y, por consiguiente, truncar su desarrollo humano. Pero gracias a dios todavía hay gente que dice que “the boundaries of touch have changed in American culture. We display bodies more readily, there are fewer rules governing body touch and a lot more permissible access to other people’s bodies.”

Así que lo que cabe decir es que eso está bien, romper con cualquier barrera, en cualquier contexto, está bien, de eso se trata la búsqueda de la vida y de la libertad, de eso se trata la adolescencia, más que nada.

Como conclusión quiero decir que este tipo de destellos y de rupturas en la juventud, me hacen sonreír y al mismo tiempo me motivan. Lo primero porque es encantador ver cómo cada generación crea un código de conducta que, sin querer queriendo, transgrede. Lo segundo, porque creo que este tipo de pequeños detalles que contradicen a la autoridad desde un nivel muy básico, son los que realmente les duele a los poderosos, a los conservadores y a los envidiosos que están ahí tratando de detener algo que ya se les fue de las manos y que es absurdo reprimir, pues no tiene nada, NADA, de malo.

Así que, chicos ¡a practicar el bromance!

*hug.*

21.5.09

Comunicado a mis hermanos

Me he visto obligada a escribirles directa y exclusivamente a ustedes, los hombres que me rodean. Antes de presentar mis motivos me interesa introducirlos. Creo que ustedes, así como la gente con la que comparto mi tiempo, son personas especiales, son parte de esta generación de humanos con algo llamado conciencia. Nos juntamos porque somos personas que creemos en los ideales revolucionarios (aplicados a la nueva época); que luchamos por un mundo igual para todos; que respetamos a los ancianos; que defendemos los derechos de los animales; que cuidamos el ambiente; que nos reunimos a hablar sobre lo profundo que nos acongoja; que perdemos el control bailando, pedaleando, acallando; que compramos productos mexicanos (o al menos lo intentamos); que estamos en desacuerdo con el abuso de autoridad; que pensamos en la contracultura, y que, me atrevo a decir, con tal de no formar parte de la gran mafia que hay en nuestro país, cultivamos lo que consumimos.
Por eso los quiero y por ello los respeto, pero ustedes mismos, ustedes que me enseñan a retomar los espacios de mi ciudad, a navegar y a ser fuerte cada que algún hombre/autoridad amenaza mi identidad, tiran todo a la basura cuando orinan en la calle, pues ese acto va más allá del abuso y por consiguiente es absolutamente contradictorio e incongruente. Orinar en la vía pública contamina, pues las sustancias se evaporan y, además de oler muy mal, nos las hemos de tragar junto con toda la mierda que ya hay. Con suerte y le atinan a un árbol, pero si no es así la señora del local o el portero del edificio tienen que estar lavando al día siguiente la ignorancia de algún borracho o de alguno de ustedes.

Les pido reflexionen y tomen en cuenta que, aunque sea muy fácil para ustedes orinar y muy difícil aguantar, la falta de respeto es absoluta y de nada sirve no usar bolsas de plástico, no usar automóvil, no consumir productos sobre-envueltos, no cortar árboles, no tirar basura, no matar animales, y de más, si orinan o escupen en la calle.

Lola Díaz Barriga

reprodúcelo, quémalo, imprímelo, mándalo, vomítalo, contéstalo, pégalo, léelo: o no.

18.5.09

Es el propio olor del tránsito mojado y uno pequeño espécimen en búsqueda teclea sobre lo ya no imaginario esperando llegar a la última estación del circuito inútil que otros han diseñado Siempre con miedo a que nos roben la voz que nos canta placentera al oído

Amo la ciudad en ruinas que me habita

No me pidas que me calle esto es una mamada me robaron otra vez la segunda en una semana No es inaudito y lo triste es que seguro ni siquiera es record Puras cosas materiales ese no es el punto es la transgresión el dolor y el coraje la pura impotencia de ser víctima

Hablas como si no lo hubieras visto antes como si ayer te hubieras reflejado completo ante ti mismo pleno en el entorno deshecho Sí claro que tiene que ver con lo ajeno con sentirme siempre así como en el rostro de quien parece no ver nada Todo es remediable lo sé eso no cambia nada eso no es lo que trato de explicarte

Sé que no te aprobaron lo hacen todo el tiempo parece que de eso se trata somos víctimas de lo ajeno porque sólo de ese modo podemos ser ruina y por consiguiente habitar esta ciudad y formar parte porque aunque no queramos somos el sistema cada palabra nos corrompe más por ello no me canso en repetir que todo aquel que haya visto de reojo a un niño puede (y debe) sentirse satisfecho pues dios le ha dado el privilegio de morir tranquilo a pesar de los remordimientos

8.5.09

De nuevo y sin excusas

Podrán darse cuenta, aquellos pocos, que esto es un espacio que ha hecho uso de su nombre. Durante poco más de un año, sin decisión alguna, dejé en silencio al mudo entrañable que ya se ahogaba, que ya arañaba sin recelo mi pequeño cuerpo. Hoy, triturada me propongo (y pospongo) a retomar las líneas cibernéticas. Deben saber, mis queridos lectores, que como víctima natural del tiempo he caído en diversos lodazales y me he topado con más de un muro, por lo que mis letras quizá ya no suenen a lo mismo, quizá ya no tengan la intención infantil y adolescente de despilfarrar mierda inútil, acongojada por cosas que, sin lugar a dudas, se deben escribir en un diario oculto en un baúl (bajo llave, obviamente), pues no hay mejor lugar para las confesiones.
Hoy en cambio, el mudo es un ser rebelde, intranquilo y sí, todavía sin nombre. Se ha confeccionado este cuerpo femenino y se ha encerrado en distintos vicios, poco a poco lo verán, lo sabrán y tendrán que ser testigos (aunque no quieran).

Los invito siempre al diálogo y a la convivencia (siempre silenciosa) que cualquier cosa que escriba y decida publicar aquí les provoque. Sé que durante mucho tiempo este será uno de esos espacios que nadie lee, pero, sinceramente, si cada uno de ustedes se pone aquel hermoso disfraz que Homero supo a bien confeccionar, se ganarán toda mi admiración y mi respeto, pues Nadie al menos puede hablar y dejar ciego a un cíclope, yo en cambio, sin conocer aún el lenguaje absurdo de las manos, no puedo más que ver en la pantalla un montón de líneas que parecen decir lo inefable cayendo por enésima vez en lo ineludible.

Confrontemos las ideas, no hay cuenta regresiva, no hay masmédula.