12.3.12

El último desde África

Quiero hacer este último post solemne, pensé en agregar de fondo dos canciones que han pintado este año de mi vida y que vienen al caso, pero no son solemnes, así que dejaré que ustedes escojan el soundrack para leerme (esas dos canciones son de Calle 13 "Prepárame la cena" y "La vuelta al mundo")

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Quiero escribirles muchas cosas, explicarles cómo aquí tuvo todo el sentido para mi que exista el Día Internacional de la Mujer; cómo la muerte es algo normal y cotidiano, la noticia de la muerte de un niño, un hijo, una hermana, una cuñada, no es razón de sorpresa sino simple noticia; cómo he sentido la desgracia de la epidemia que me ha hecho llorar, al saber que la gente con la que he compartido este tiempo está infectada con VIH, saberla guerrera y al mismo tiempo diminuta; cómo la música que les gusta es tan horrible como el reggaeton y tan sexual como el pop barato de las industrias capitalistas; cómo su fanatismo cristiano los hunde más en la desgracia junto con una fe ciega, ignorante y lejana de la verdadera espiritualidad a la que puede acceder nuestra alma; cómo África significa todo menos lo que te imaginas; cómo ellas sueñan con ser reinas y ellos reyes; cómo yo me identifico dentro de todo este contexto, hablándoles de composta, de agua, de fe en el aquí y el ahora, de un Estados Unidos lleno de terror, miseria y mentiras, de un “sí soy mexicana y soy americana porque América es un continente no un país”...

Las redes en las que tienen que dormir por el resto de su vida,
las relaciones con protección que han de tener por el resto de su vida,
el hambre que han de sufrir por el resto de su vida,
la explotación a la que serán expuestas por el resto de su vida,
la desesperación y la frustración que los acompañará
por el resto de su vida,
la tradición que los reprime y reprime ¿continuará por el resto de su vida?
¿donde estamos nosotros en esa tradición?
¿es parte de nuestra tradición el encarcelar a esta gente
por el resto de su vida?
¿se han imaginado qué pasaría si el planeta se partiera a la mitad y el Norte se fuera para un lado y el Sur para el otro?
¿Quién se moriría primero?
México no es parte del Norte, todavía, pero los 28 millones de habitantes de la Ciudad de México, junto con todos los que están persiguiendo el sueño del Norte, son opresores deshumanizados, son parte de aquellos que están abusando de los recursos de esta hermosa tierra, pagando la mano barata, preocupados por la moda, fumando marihuana cargando pancartas que dicen No Más Sangre, quejándose del sistema urbano manejando autos en vez de bicicletas, incapaces de imaginar un cambio de vida sin recorridos inmensos, sin comida que no crece en menos de 100 kilómetros a la redonda, sin plástico, sin Made in China...

Garden Farming is Common Sense


Duele.
Y por eso agradezco a mis antepasados que viajaron,
caminaron y lucharon para que yo naciera donde nací.
No sólo fueron mi madre y mi padre,
también fueron los que vinieron de Europa y los que, aquí, resistieron.
Ellos soñaron también con nosotros crecidos, nacidos aquí.
Pero no estoy segura que en ese sueño estuviera la destrucción,
la terrible devastación humana que se vive al otro lado,
abajo y a la izquierda.

Yo aquí me quedo.
¡Señores ya no me busquen, no pierdan más su tiempo!
Yo aquí me quedo.
Yo resisto desde abajo.
Sí, nací arriba, seré quizá malasangre para el rey y la reina,
estaré negando una herencia,
mi hija tendrá que perdonarme.
Soy villana.
Soy indígena.
Soy rebelde.
Soy zapatista.
Soy lesbiana.
Soy poeta.
Soy abajo, soy a la izquierda,
Soy tu hija.

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Anexo Atípico poema de amor

9.3.12

Los niños aquí son luchadores

Si tienes una población en la que el 40% es menor de doce años, necesitas, si quieres crear un desarrollo humano y sustentable, poner a la bola de chamacos a trabajar. Y no estoy defendiendo la explotación infantil, eso es otra cosa. Estoy hablando de que aquí (y allá también) es mejor para una niña o un niño aprender la verdadera ley de la vida que el abecedario en tres idiomas. Dicha ley de la vida la llamo La Ley de las Tres Cs: Cultivar, Cosechar y Cocinar.

Disculpa si tú crees que los niños son cosas que debemos controlar con videojuegos y televisión. Yo digo que no, que los niños son parte activa de la comunidad, son seres humanos libres y cooperar es parte de su naturaleza. Cuántas veces no has visto a un niño tratando de barrer o limpiando atrás de su mamá, o a una niña corriendo por la pelota en la cascarita callejera de sus hermanos. Aquí, los ves cargando madera en su cabeza, balanceando cacharritos de agua o amarrándose a sus hermanos a las espaldas. Es este el tipo de trabajo el que deben aprender a hacer y nosotros como adultos tenemos también la obligación de Cultivar, Cosechar y Cocinar estas actitudes.

Claro que hay muchos conflictos, violencia y abuso. Los niños aquí son más bien tratados como cargas, como inevitables deseos de dios por traer más pobreza y desesperanza. Pero, al mismo tiempo no cabe pensar en una vida sin ellos, al parecer esa es la obligación de toda mujer africana, traer al mundo tantos hijos pueda. Infelizmente, no son hijos que vayan a ser grandes seres humanos y que vayan a cambiar el destino destructivo del sistema. Son hijas que van a repetir los patrones sociales de sus padres cayendo en la espiral descendente en la que van todos girando poco a poco. Y ahí entramos nosotros también, y la pregunta ¿estamos nosotros (y por nosotros me refiero al 14% que tiene acceso a internet y al 80% que vive en más de 10 dólares al día), procreando grandes seres humanos que van a cambiar el destino destructivo del sistema, o estamos sólo aportando un número más a la sobrepoblación planetaria?


Los niños aquí trabajan para sobrevivir, y qué bueno que trabajen, yo lo celebro y lo estimulo. Si estos morros no aprenden de una vez que deben Cultivar, Cosechar y Cocinar, su futuro está lleno de muerte y más violencia de la que ya experimentan. Quizá por eso, cuando les vas a tomar una foto, inmediatamente se ponen en pose de guerreros. Para mi que lo saben, saben que ese es su destino: luchar. Y lo hacen mejor que nadie.


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Loraine tiene 6 años. Está aprendiendo inglés. Cuando le pido traduzca alguna palabra de inglés a chichewa aprieta sus ojos y, cuando encuentra la palabra, la dice con toda la emoción que sentimos cuando nos damos cuenta de que somos, al fin y al cabo, un animal muy inteligente.

A Loraine le gusta tocarme, percatarse del color de mi piel. Con sus deditos sigue las líneas imaginarias (y las tatuadas) de mis brazos. Mientras lo hace, canta.

El día que me tocó cuidar a Express

2.3.12

El tabaco y el cultivo de la comodidad: Malawi

No fumo. Y si alguna vez se me ocurriera fumar lo pensaría más de dos veces. La cultura del cigarro, allá en el Norte, fue creada por un acuerdo entre potencias, es decir, entre políticos, empresas y medios de comunicación (sí, la sociedad civil nunca representa una potencia, aunque seamos mucho más poderosos, a la mayoría les cuesta trabajo percatarse).

Entre los acuerdos de estas tres potencias estuvo el usar a países en desarrollo como productores y, por consiguiente, oprimirlos y controlarlos con políticas represoras y asesinas. Han pasado varios años ya, y con el paso de éstos se ha satanizado mucho más al adicto, se le reprime su libertad y cada vez se le cobra más (todo parte del plan macabro de las mencionadas potencias). Lo que no ha pasado en todos estos años es la libertad de aquel que cultiva la materia prima de los cigarros que se fuman los del Norte. Y sí, porque la planta del tabaco se cultiva aquí, en el Sur, como casi todas las comodidades del rico Norte.

Malawi, pues, es uno de los principales “productores” de tabaco (nótese que lo entrecomillo porque si nos ponemos exigentes la productora es la Madre Naturaleza, el hombres sólo trabaja para explotarla a ella como a él lo explotan las potencias). Entonces le vendieron un día a Malawi la idea de que usara su tierra para cultivar tabaco, las potencias le prometieron oro, plata y un futuro lleno de riqueza. Y sí, de nuevo, ni el oro ni la plata ni el futuro lleno de riqueza le da de comer al pobre, pero la tierra sí, la tierra si nos da de comer a todos y a cada uno de los que estamos vivos en este planeta. Aún así, decidimos que es mejor tener plata que comida, mejor tener oro que jitomates. Todos se pusieron a plantar tabaco y té, uno que les encanta allá en Europa.

“Sí, Petra, no tenemos que comer, pero ya verás que voy a vender este costal de cigarros y te voy a traer la antena para el radio que tanto quieres”. Pero dicho camión no tiene como llegar, pues, además, en Malawi se vive la peor crisis del petróleo. Una muy parecida a la que vivieron los cubanos cuando la caída de los rusos. Aquí es cosa de todos los días que se apaguen los carros a mitad del camino, que las filas en las gasolineras sean de 3 a 5 días y que la electricidad dure de 3 a 5 horas diarias en las áreas urbanas. En el mercado negro consigues gasolina rebajada de a 5 dólares el litro. “Pa cuando el camión pase ya se nos murió Juanito, mejor siembra un maíz pa darle su atol al niño y que ya no chille”. Las mujeres siempre tan sabias.

Y pues así es como están sobreviviendo, pues parece que el rico está dejando de fumar, o que los químicos consiguieron hacer cigarros sin tabaco, pues el año pasado aquí se sufrió mucho, se les quedó el tabaco y se les murieron muchos Juanitos, por lo que este año decidieron usar su tierra para su maíz (claro que ya les cayó Monsanto, pero esa es otra historia). Hay uno que otro que sigue haciéndole la lucha a la droga, y hay muchos otros que siguen cultivando el té, pues se la creen que el oro va primero que el pan.

Lo más interesante del asunto no es que allá en el Norte estén fumándose su vida sin detenerse ni un segundo a pensar de dónde viene aquella materia prima (de todos modos casi nadie en el Norte se pregunta nada, están muy ocupados con sus vidas como para prestar atención en detalles tan insignificantes como el origen de las cosas). Lo más interesante es que todos aquí abajo saben qué es el tabaco, saben perfectamente cómo usarlo, saben lo que es y lo que hace... pero en su cultura fumarlo es total y absolutamente inaceptable. Aquél que fuma es juzgado por la sociedad y reprimido. Es de mala educación fumar en frente de la gente, casi tan malo como que una mujer deje a su marido o que se le ocurra denunciar que éste la viola todos los días desde que tenía quince años. Los que fuman aquí son los blancos, los africanos que fuman han de ser de África del Sur o de Nigeria (me dicen). Sólo he visto a africanos fumar en las estaciones de autobús, pero he visto al menos dos anuncios de cigarros locales en las calles de Blantyre y Lilongwe. Y los blancos que viven aquí sólo pueden fumar dentro de sus habitaciones, nunca enfrente de la gente local.

Ya casi llegamos al límite de tiempo, 2015, las Millennium Goals... ¿cómo le vamos a hacer para acabar con la pobreza? No con el maíz, no con las lentejas, no con los jitomates en los patios traseros de sus chozas. ¡Sí con la droga! A mi que no me vengan con el cuento de que las políticas exteriores y el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional... la tierra es la que nos va a dar de comer y si no la respetamos nos va a cargar a todos y nos va a usar de abono. No sé de acto más político hoy en día que tener tus propios vegetales y tus propias hierbas. No hay pero que valga ¿quieres fumar? Empieza a cultivar tus propios vicios y te liberarás tu mismo de ser una horrible potencia opresora.