17.4.13

Lluvia

Escribir que soy una orquesta de gotas.
En el estacionamiento hay una sinfónica, debajo de un techo blanco, que toca.
Pasa un muchacho cargando su trombón mientras un gordo con paraguas se pregunta el sentido de su vida.
El primer violín está cansada.
Las cuerdas, la verdad, parecen estar húmedas.
La lluvia de anoche las tiene hinchadas, molestas.
Incómodas, para ser exacta.

Me gusta ser la lluvia y causar esta tragedia.

Son la sinfónica de quiénsabedónde
y se preparan para quiénsabequé
pero gracias a mi, el verdadero evento,
su fiesta suena a gloria.