20.8.06

Iba a escribir que siento cosas con sabores dolorosos. Pero la verdad es que me da mucho miedo escribirlo. Aunque lo pueda decir, tratarlo, creerlo es más ambiguo que mentirlo. Vamos caminando en una vida que parece ser demasiado simple. Con el cine, la televisión y tantas redes de conexiones humanas. La verdad es bien cansado. Igual y no tanto como cuando todos éramos campesinos o cuando teníamos que usar corsé todos los días, pero igual es redifícil decir que por ser más libres somos menos comprometidos, trabajadores o auténticos. Aunque a veces, sin mentir, sí siento que somos una mierda rellena de mierda. Nos preocupa tanto el amor. Nos preocupa tanto el dolor y su soledad que a veces se nos olvida que la identidad sí importa, y que muchas veces va primero que la proyección de amar a alguien.
Somos adictos a conceptos sinsentido. A ideas de la gran pantalla. A la ciencia ficción que nos alcanza a diario. Lo más puro se vuelve sintético y está bien. Tenemos tanto miedo que recurrimos a medios masivos que creamos y que, sin si quiera intentar evitar, vivimos día a día. Yo, por ejemplo, soy adicta a la compañía, y así en vez de ser adicta a una celda o a un libro, me refugio en alguien y cuando ese alguien falta (porque controlar tampoco es solución) la computadora se vuelve un amigo que traiciona, pero que perdonar es fácil.
En el mundo hay más de una guerra y se nos olvida muy seguido.

24.6.06

Poetizas

Alguien me dijo un día que lo malo de las mujeres poetas es que siempre escriben para insultar a los hombres. Pero... ¿qué pasa con las que no nos metemos con ellos, con las que como ellos nos metemos en el intento de entender lo imposible?

¿cómo hacemos nosotras para ser poetas?



abril/06
Si sabes lo que duele podrás decirme la verdad
y sonreír ante ella,
tomando el dictado de mis besos y el amor que gateo.
Deseo amarte para siempre,
mantener tus ojos con tinta hasta la muerte;
encontrar tu correspondencia hasta en las más puras visiones;
tomarte y en la nada olvidar el miedo;
cansarme de tus piernas y correr de boca al ombligo perfecto de tu rostro.

Cuando dispare mi magia de suave flor y tu humilde verde me acaricie,
entonces seré feliz y podré dejarte,
no ahora, que todavía no eres mía.


junio/06

11.6.06

De verdad que no te pido demasiado. Que lo que soy es tan simple como un movimiento del cuerpo que sin pretextos ni búsquedas exageradas se cree a él mismo creando su naturaleza.
Te pido tan sólo que seas ese movimiento. Que con lo superficial de la iniciativa me nombres y ahí me entregues lo que un día usaste para encadenarme. Simple como poner un dedo sobre un sonido, una palabra sobre un significado, una gota de saliva sobre un sentimiento.
Así pregunto si es eso lo que quiero. La voz contesta que no es lo único pero sí lo urgente. Ponle fin a las malas ideas, los no deseados sueños, las confusiones, y prometo no volver a decir que necesito que me beses.


Junio/06
Y quiero pues que tú me quieras.
Así, me dirás todo lo que no has podido ser sin que te mire.
Sin que te mire ese viento sin temple,
ese agujero que termina tantas veces y te revive.

Y quiero pues que tú no me quieras.
Para quererte y hacer que valga la pena.

Y quiero entonces quererte.
Detener los verbos y no saber que todo el tiempo,
en todos lados,
alguien se lamenta cuando se equivoca.

marzo. 2006.