I have plenty of stories. This days have been very interesting. I
went to Nampunwe, a community where two Development Instructors from
DAPP (our organization) are working. But I will let the pictures tell
you that nice story. I also travel from Luzaka, capital of Zambia, to
Lilongwe, capital of Malawi. It was interesting to take hours and
different cars, to meet people, to talk with the black market traders of
money, to cross walking an african border... which I can say it was
pretty similar to the borders in Central America. So your imagination
can tell you that story.
I will dedicate this post to Mr. Masauko Chipembere Jr. who I met today in the bus from Lilongwe to Blantyre.
I saw him coming to the bus with a old women, her dress code was the one
of a malawian princess, him a rasta man from somewhere else, not
malawian. They sat close to me. He took his laptop out and check
something, this made me realize he was not african, but he knew where he
was, he was confident. I wanted to talk to them, but of course, you
know Lola, she doesn’t talk with strangers, not that easy, she needs to
take her time. So during that time I used some of my rasta women charms
so he talked to me.
And we talked, and talked, and talked. His name didn’t say anything to me, but then he told me that his father,
of the same name, was one of the revolutionary leaders of Malawi. He
literally said “my father was the Ché Guevara of Malawi”. This,
obviously, impressed me. So he grew up in california, together with his
six siblings, where her mother was in exile. When I talked about me and
DAPP he said, my mom needs to know this, so I start talking with her and
the result is that she, herself (as they say here) was part of the
beginning of DAPP in Africa 30 years ago. DAPP invite her to give
speeches because, of course, she is also a very strong revolutionary
personality of southern Africa. This days she’s back in Malawi and she,
with her pension of the states, has twelve pre-schools up running.
After this connections we were more into talking and sharing what’s in
our progressive mind, it was one of those mental masturbations... (if
you know what I mean). We came to analyze what is wrong with the world;
what does it mean to Fight Shoulder to Shoulder with The Poor; what's Sustainable Activism; what’s
the point of being a man if you don’t love your children; why we don’t
see that the Mother is the Everything; and that forever this Mother has
been a women; how a man can find the women in him and how the african
population is complex, part because it doesn’t have surplus and part
because it doesn’t know its history. We also discussed the situation in
the US, Obama, the latino-black identity, Toni Morrison, gay marrige,
García Marquez, the afro-latino poetry, Puerto Rico, Dominican Republic,
Costa Rica... so yes, it was a journey in our minds and spiritual
beings too.
He is a musician, he is in a tour with his guitar, something that has to
do with the US embassy. So he is playing, probably now, in a Jazz Bar
in Blantyre. I couldn’t go. He also offer me to come tomorrow to play
here because he really wants to know what is it that we do. He wants,
may be, to see what does it mean for us Fight Shoulder to Shoulder with
the Poor. So perhaps tomorrow I have more stories of this character that
the road introduce to me. I have a list of books that he wrote in my
moleskine to introduce me to the real African Literature, and he has a
list of easy reading latin books, he is learning spanish with his
afro-latin-usa kids.
So... the last question is how do we organize the new revolution? Paulo
Freire? yes, yes. We talk about him and the oppression and he said to me
that how I as a lesbian feel of being in the homophobic Africa
“liberating” them while they are oppressing me, because I cannot be
myself here or I can end up in jail. And as for myself the answer is
that I am not liberating nobody but myself by not being, as much as I
can, an oppressor.
Who knows, perhaps this is a long last friend, perhaps its just one of
the spirits of the road that pass by. Anyway, Mr. Masauko Chipembere
Jr. thank you for that good journey together, hope one day we can read
our poetry, play our drums, and share more of that good talking
somewhere on the big Pachamama.
Jah praise!
21.1.12
15.1.12
Zambia
Puedo imaginar que muchos lugares en el continente Africano dan la misma impresión, pero no puedo asegurarlo.
La primer impresión es la naturaleza, la de la gente, la del verde, la de las cosas.
Todo huele a su ser más natural, a sus inicios, pocas cosas parecen estar corrompidas, transgredidas por las ideas o pasiones de la voluntad humana. Hasta los comerciales en la televisión tienen un dejo de inocencia.
Hay quien llamaría estos parajes sucios, a esta gente sucia... creo que aquél no ha podido nunca entender que nuestra primera madre es sólo tierra y que su olor y su color no son más que reflejos de pureza. No siempre que caminan cucarachas hay inmundicia. De hecho, creo yo que aquellas que nos acompañan en el campo no son, ni se comparan, con aquellas que transgreden los límites y se vuelven dueñas de la mugre urbana. Las de aquí parecen sonreír ante las migajas entre la tierra, parecen agradecidas de que las dejes caminar tranquilas.
Lo natural pues, es lo protagónico, hasta ahora, de mi andar por estos lares. Es natural sonreírle al extraño, es natural saludarle, es natural mirarle con curiosidad y buscar coherencia en lo que parece. Es natural comer con la mano, usar nuestras propias herramientas, no dejarse llevar por lo que unos conquistadores dicen es lo correcto. Lo natural es correcto. Y sí, habrá cosas y detalles que discutirle a la naturaleza, habrá que cuidarse también de ella, habrá que respetarla siempre y no abusar de sus regalos.
Hay que mirarla fijamente... y ese mirar es el que se está olvidando, también por estas tierras. Las cosas con botoncitos nos llaman demasiado la atención, significan demasiadas cosas, tienen demasiado valor. Por ello nuestro trabajo es volver, pedirles a los niños que vuelvan a ver el encanto en un palo de árbol que puede ser caballo; pedirle a las madre que vuelvan a ver el encanto en juntarse para tejer, cocinar, lavar; pedirle al hombre que vuelva a ver a su mujer y se enamore y la respete como madre de sus hijos y amante. Y sí, los jóvenes también han de volver, han de volver a entender su papel en el mundo, entender que su papel no es ser expertos del botoncito, de la venta de narcóticos, de la pereza, sino de la rebelión y el cambio.
Así van las primeras impresiones que mis pies van dejando en reflexión para profundas discusiones y deliberaciones.
Los países pobres, no cabe duda, vivimos del maíz.
La primer impresión es la naturaleza, la de la gente, la del verde, la de las cosas.
Todo huele a su ser más natural, a sus inicios, pocas cosas parecen estar corrompidas, transgredidas por las ideas o pasiones de la voluntad humana. Hasta los comerciales en la televisión tienen un dejo de inocencia.
Hay quien llamaría estos parajes sucios, a esta gente sucia... creo que aquél no ha podido nunca entender que nuestra primera madre es sólo tierra y que su olor y su color no son más que reflejos de pureza. No siempre que caminan cucarachas hay inmundicia. De hecho, creo yo que aquellas que nos acompañan en el campo no son, ni se comparan, con aquellas que transgreden los límites y se vuelven dueñas de la mugre urbana. Las de aquí parecen sonreír ante las migajas entre la tierra, parecen agradecidas de que las dejes caminar tranquilas.
Lo natural pues, es lo protagónico, hasta ahora, de mi andar por estos lares. Es natural sonreírle al extraño, es natural saludarle, es natural mirarle con curiosidad y buscar coherencia en lo que parece. Es natural comer con la mano, usar nuestras propias herramientas, no dejarse llevar por lo que unos conquistadores dicen es lo correcto. Lo natural es correcto. Y sí, habrá cosas y detalles que discutirle a la naturaleza, habrá que cuidarse también de ella, habrá que respetarla siempre y no abusar de sus regalos.
Hay que mirarla fijamente... y ese mirar es el que se está olvidando, también por estas tierras. Las cosas con botoncitos nos llaman demasiado la atención, significan demasiadas cosas, tienen demasiado valor. Por ello nuestro trabajo es volver, pedirles a los niños que vuelvan a ver el encanto en un palo de árbol que puede ser caballo; pedirle a las madre que vuelvan a ver el encanto en juntarse para tejer, cocinar, lavar; pedirle al hombre que vuelva a ver a su mujer y se enamore y la respete como madre de sus hijos y amante. Y sí, los jóvenes también han de volver, han de volver a entender su papel en el mundo, entender que su papel no es ser expertos del botoncito, de la venta de narcóticos, de la pereza, sino de la rebelión y el cambio.
Así van las primeras impresiones que mis pies van dejando en reflexión para profundas discusiones y deliberaciones.
Los países pobres, no cabe duda, vivimos del maíz.
30.12.11
Entre Panamá y Trinidad y Tobago
Lo literal de andar en las nubes puede llegar a ser bonito, si se toma en cuenta el fondo musical, el olor a mi misma, el calor sudaca, caribeño, el anhelo a la aventura.
Este es mi tercer avión del día: Panamá-Puerto España... me falta uno más antes de llegar a mi destino temporal: St. Vincent and the Granadines.
El verde conquistado de esta Latinoamérica mezclada me ilumina, me parece que es él quien muy adentro nos habita. En Panamá pude notar, más que nunca, que raza más interesante somos, desde México hacía abajo... uno que otro blanco, la mayoría color tierra, con españoles ya olvidados y negros con su inglés criollo que más que la lengua del mundo suena al lamento esclavizado.
Y aquí vamos, sobre el mar caribe a sentir el clima de la isla, de una de tantas, donde alguna natura nos dará palabras... entre Panamá y Trinidad y Tobago.
Este es mi tercer avión del día: Panamá-Puerto España... me falta uno más antes de llegar a mi destino temporal: St. Vincent and the Granadines.
El verde conquistado de esta Latinoamérica mezclada me ilumina, me parece que es él quien muy adentro nos habita. En Panamá pude notar, más que nunca, que raza más interesante somos, desde México hacía abajo... uno que otro blanco, la mayoría color tierra, con españoles ya olvidados y negros con su inglés criollo que más que la lengua del mundo suena al lamento esclavizado.
Y aquí vamos, sobre el mar caribe a sentir el clima de la isla, de una de tantas, donde alguna natura nos dará palabras... entre Panamá y Trinidad y Tobago.
4.12.11
sobre la simpleza, la humildad y el equilibrio
Entonces es la complicación,
o lo que uno piensa que es complicado.
La vida por si misma no creo que sea complicada,
por si misma es simple, humilde, equilibrada.
Pero la vida nos necesita, y nosotros a ella.
Los otros seres vivos la respetan, eso me queda claro.
La respetan y la alaban con su existencia simple, humilde, equilibrada.
Nosotros, y me atrevo a generalizar a sabiendas de que puedo equivocarme,
la tomamos, la estrujamos, la enredamos, la pizoteamos,
la complicamos de un modo tan esquisito que, la embellecemos y la arruinamos.
Estoy empezando a pensar, de hecho, que no hay vuelta atrás,
que incluso el nombrarla como tal, la agrede en lo más profundo,
de manera irremediable.
Pero... acaso ¿podemos evitarlo?
Quizá nuestra propia existencia esté basada en destruir, violar y corromper
la simpleza, la humildad, el equilibrio.
¿Por qué habría de ser distinto?
¿Por qué habría que tomarse la molestia en ver de otro modo lo que nos deslumbra?
o lo que uno piensa que es complicado.
La vida por si misma no creo que sea complicada,
por si misma es simple, humilde, equilibrada.
Pero la vida nos necesita, y nosotros a ella.
Los otros seres vivos la respetan, eso me queda claro.
La respetan y la alaban con su existencia simple, humilde, equilibrada.
Nosotros, y me atrevo a generalizar a sabiendas de que puedo equivocarme,
la tomamos, la estrujamos, la enredamos, la pizoteamos,
la complicamos de un modo tan esquisito que, la embellecemos y la arruinamos.
Estoy empezando a pensar, de hecho, que no hay vuelta atrás,
que incluso el nombrarla como tal, la agrede en lo más profundo,
de manera irremediable.
Pero... acaso ¿podemos evitarlo?
Quizá nuestra propia existencia esté basada en destruir, violar y corromper
la simpleza, la humildad, el equilibrio.
¿Por qué habría de ser distinto?
¿Por qué habría que tomarse la molestia en ver de otro modo lo que nos deslumbra?
18.10.11
En el huerto
Una reflexión profunda sobre la vida. Llegó como las ideas, arrebatándole a uno el aliento:
Todo aprendizaje se reduce al contacto con la naturaleza.
La educación de cualquier niño, mujer, hombre, joven... ha de comenzar con un huerto. Su cuidado, su ciclo, su seguimiento, su florecer le dan, al observador y al jardinero, la respuesta a cualquier enigma existencial. Ahí, en el vivir de un tomate, de un pimiento, de un espárrago, uno ve y valora la ética del amor, de la comunión.
Al cosechar, uno se ve ahí, cansado y dolorido, luchando por recoger todo el fruto limpio de gusanos. Al cosechar la comida del mismo día uno aprende cuánto cuesta en realidad la fruta barnizada que nos venden en los mercados. Así, uno aprende a percibir el cambio de un ser vivo, a un ser en reposo, a un ser muerto.
El crecimiento orgánico es el secreto más puro que la madre naturaleza nos ha dado.
Entender la tierra y sus humedades. Entender a los bichos y sus beneficios. Entender a la lluvia y sus poderes destructivos. Entender el verdadero papel de nuestras manos y el precio real de nuestras comodidades... es peligroso, harto peligroso, decir que lo que nos venden en las ciudades es un fruto maduro y justo.
Si el ser humano incluido en la sociedad actual busca crear un patrimonio propio y privado, ¿por qué no se le exige que sea actor responsable de su alimentación? La palabra comodidad resuena y con ella viene la desigualdad, pues bien sabido es que para uno tener la comodidad, ha de haber otro, quizá en el sur, pagando el precio.
¡Cosecha tu propia comida!
Todo aprendizaje se reduce al contacto con la naturaleza.
La educación de cualquier niño, mujer, hombre, joven... ha de comenzar con un huerto. Su cuidado, su ciclo, su seguimiento, su florecer le dan, al observador y al jardinero, la respuesta a cualquier enigma existencial. Ahí, en el vivir de un tomate, de un pimiento, de un espárrago, uno ve y valora la ética del amor, de la comunión.
Al cosechar, uno se ve ahí, cansado y dolorido, luchando por recoger todo el fruto limpio de gusanos. Al cosechar la comida del mismo día uno aprende cuánto cuesta en realidad la fruta barnizada que nos venden en los mercados. Así, uno aprende a percibir el cambio de un ser vivo, a un ser en reposo, a un ser muerto.
El crecimiento orgánico es el secreto más puro que la madre naturaleza nos ha dado.
Entender la tierra y sus humedades. Entender a los bichos y sus beneficios. Entender a la lluvia y sus poderes destructivos. Entender el verdadero papel de nuestras manos y el precio real de nuestras comodidades... es peligroso, harto peligroso, decir que lo que nos venden en las ciudades es un fruto maduro y justo.
Si el ser humano incluido en la sociedad actual busca crear un patrimonio propio y privado, ¿por qué no se le exige que sea actor responsable de su alimentación? La palabra comodidad resuena y con ella viene la desigualdad, pues bien sabido es que para uno tener la comodidad, ha de haber otro, quizá en el sur, pagando el precio.
¡Cosecha tu propia comida!
6.10.11
Bolero
Las posibilidades son el universo, el cielo que nos acompaña con hermosas historias sin idiomas.
El viejo que se da el tiempo de entregar la vida infinita al recien nacido aun sin nombre,
con la libertad por construir en compañía con el amor único del hermano que lo guía,
que le entrega la confianza,
la fidelidad humana de que la vida, cuando es vida, nunca se acaba.
Qué es la revolución sino sangre,
piedras adoloridas por la historia,
cantos que lloran su opresión,
lenguas en resistencia, seres ahogados iluminando su existencia con las mejores excusas,
los acordes tiernos de un rebelde lleno de causas, de fantasmas, de heridas.
Qué es la libertad sino el cielo,
el amor natural,
el instinto amor que nos habita eternamente,
que nos mira y nos da la oportunidad de renacer a diario,
hirviendo en sangre, sonriendo en vida.
Qué es la libertad sino el movimiento del ser en la naturaleza.
No es mas un sueño,
no somos mas un sueño.
Si prestamos atención vemos que no hay fronteras, ya no.
El ser iluminado,
el ser natural,
el ser verdad.
Tenemos alas, son nuestra belleza.
No hay límite,
hay cantos que abren el camino,
hay compañeros enamorados por todos lados.
Hay poesia y luego poetas.
Hay vida y luego agua.
Hay amor y luego hombres libres compartiendo.
Guatemala, Mayo 2011
El viejo que se da el tiempo de entregar la vida infinita al recien nacido aun sin nombre,
con la libertad por construir en compañía con el amor único del hermano que lo guía,
que le entrega la confianza,
la fidelidad humana de que la vida, cuando es vida, nunca se acaba.
Qué es la revolución sino sangre,
piedras adoloridas por la historia,
cantos que lloran su opresión,
lenguas en resistencia, seres ahogados iluminando su existencia con las mejores excusas,
los acordes tiernos de un rebelde lleno de causas, de fantasmas, de heridas.
Qué es la libertad sino el cielo,
el amor natural,
el instinto amor que nos habita eternamente,
que nos mira y nos da la oportunidad de renacer a diario,
hirviendo en sangre, sonriendo en vida.
Qué es la libertad sino el movimiento del ser en la naturaleza.
No es mas un sueño,
no somos mas un sueño.
Si prestamos atención vemos que no hay fronteras, ya no.
El ser iluminado,
el ser natural,
el ser verdad.
Tenemos alas, son nuestra belleza.
No hay límite,
hay cantos que abren el camino,
hay compañeros enamorados por todos lados.
Hay poesia y luego poetas.
Hay vida y luego agua.
Hay amor y luego hombres libres compartiendo.
Guatemala, Mayo 2011
19.9.11
Juanito
Nuestros ojos no son azules.
Nuestras manos no son de filo delgado.
Nuestros pies son de los pequeños,
pero en ellos también tenemos cinco dedos.
Cuando observamos atentamente los poros abiertos de unos y de otros,
vemos que en cada caso supura el mismo cansancio;
uno sobre la tierra,
otro sobre una raqueta, un arma, un amante.
Si vamos dentro,
bien dentro,
encontramos una naturaleza,
una que no es distinta,
una sola,
una misma.
En el palpitante corazón vemos más o menos grasa,
pero alma en ambos casos,
resistencia,
lucha...
-¿Por qué tanto pleito pues?
me pregunta Juanito
-Porque lo que ellos tienen en los bolsillos no son granos de maíz salado, sino poder en formas pesadas, con valores y sumas.
Ann Arbor, Michigan, 2011
Nuestras manos no son de filo delgado.
Nuestros pies son de los pequeños,
pero en ellos también tenemos cinco dedos.
Cuando observamos atentamente los poros abiertos de unos y de otros,
vemos que en cada caso supura el mismo cansancio;
uno sobre la tierra,
otro sobre una raqueta, un arma, un amante.
Si vamos dentro,
bien dentro,
encontramos una naturaleza,
una que no es distinta,
una sola,
una misma.
En el palpitante corazón vemos más o menos grasa,
pero alma en ambos casos,
resistencia,
lucha...
-¿Por qué tanto pleito pues?
me pregunta Juanito
-Porque lo que ellos tienen en los bolsillos no son granos de maíz salado, sino poder en formas pesadas, con valores y sumas.
Ann Arbor, Michigan, 2011
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