¿Quién pensará en lo que hago?
¿Quién se tomará el tiempo apra nombrarme?
¿importa?
Da más el deseo mismo que la sola realidad de ser un recuerdo.
5.2.06
Así con lo más dulce de la pureza,
te busco.
En el paréntesis más hipócrita,
en la lágrmia más sucia.
Te tengo perdida entre la llama de un significado,
de una idea que se olvida a ella misma, como laberinto.
No sé más cómo ser poeta.
Me mancho las uñas de los pies con la experiencia
y cuando me retracto y tomo la poesía para escribirla,
se me olvida.
te busco.
En el paréntesis más hipócrita,
en la lágrmia más sucia.
Te tengo perdida entre la llama de un significado,
de una idea que se olvida a ella misma, como laberinto.
No sé más cómo ser poeta.
Me mancho las uñas de los pies con la experiencia
y cuando me retracto y tomo la poesía para escribirla,
se me olvida.
24.12.05
Cambio tu paisaje y
me transporto.
Muevo lo más mínimo y sin decaer ni detenerme, me declaro.
Simple, tranquilo con un olor a blanco que llega a ser incómodo.
Es que a veces somos demasiado capaces,
confundimos la voluntad y así lo que vamos viendo, lo que sí detenemos,
lo que nos pide retengamos.
No hay caidas pues. No alguna que valga, alguna que se permita ser a ella misma.
Es necesario decir que lo dicho aunque se diga mil veces es verdad,
porque el paisaje que he dejado plasmado es el que quiero,
porque ese tú que llamo como tal es, tal vez, y sólo como posible, la parte del todo,
el color del paisaje o el paisaje mismo.
Un ojo. No, mejor que sean dos.
Que sea sencillo y que se parezca más a mí que a todo el mundo.
Ahí valdrá la pena detenerse y callarse para toda la vida.
me transporto.
Muevo lo más mínimo y sin decaer ni detenerme, me declaro.
Simple, tranquilo con un olor a blanco que llega a ser incómodo.
Es que a veces somos demasiado capaces,
confundimos la voluntad y así lo que vamos viendo, lo que sí detenemos,
lo que nos pide retengamos.
No hay caidas pues. No alguna que valga, alguna que se permita ser a ella misma.
Es necesario decir que lo dicho aunque se diga mil veces es verdad,
porque el paisaje que he dejado plasmado es el que quiero,
porque ese tú que llamo como tal es, tal vez, y sólo como posible, la parte del todo,
el color del paisaje o el paisaje mismo.
Un ojo. No, mejor que sean dos.
Que sea sencillo y que se parezca más a mí que a todo el mundo.
Ahí valdrá la pena detenerse y callarse para toda la vida.
23.12.05
13.12.05
En la distancia es necesario encontrar un paisaje.
Hacer de él un encuentro magnífico y casarse.
Terminar en los ojos, y sin formar parte, desmayarse de la cercanía misma de él,
del paisaje que nos rescata de lo lejano,
de lo que no está en el momento en el que sí estamos.
Me fui de tu ombligo en busca de una bebida.
Cambió el panorama hasta tu cara y me perdí desdnuda en la inmensa nada.
En donde la nieve deja de ser nieve y el hielo es un nido de huellas peligrosas.
Ahí, tan simple, se cae el árbol que se construyó durante años para dejar nacer,
sin excusas, alguna laguna interna que lo acalle.
13.12.05.N.Y.
Hacer de él un encuentro magnífico y casarse.
Terminar en los ojos, y sin formar parte, desmayarse de la cercanía misma de él,
del paisaje que nos rescata de lo lejano,
de lo que no está en el momento en el que sí estamos.
Me fui de tu ombligo en busca de una bebida.
Cambió el panorama hasta tu cara y me perdí desdnuda en la inmensa nada.
En donde la nieve deja de ser nieve y el hielo es un nido de huellas peligrosas.
Ahí, tan simple, se cae el árbol que se construyó durante años para dejar nacer,
sin excusas, alguna laguna interna que lo acalle.
13.12.05.N.Y.
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