11.6.06

Y quiero pues que tú me quieras.
Así, me dirás todo lo que no has podido ser sin que te mire.
Sin que te mire ese viento sin temple,
ese agujero que termina tantas veces y te revive.

Y quiero pues que tú no me quieras.
Para quererte y hacer que valga la pena.

Y quiero entonces quererte.
Detener los verbos y no saber que todo el tiempo,
en todos lados,
alguien se lamenta cuando se equivoca.

marzo. 2006.

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