De verdad que no te pido demasiado. Que lo que soy es tan simple como un movimiento del cuerpo que sin pretextos ni búsquedas exageradas se cree a él mismo creando su naturaleza.
Te pido tan sólo que seas ese movimiento. Que con lo superficial de la iniciativa me nombres y ahí me entregues lo que un día usaste para encadenarme. Simple como poner un dedo sobre un sonido, una palabra sobre un significado, una gota de saliva sobre un sentimiento.
Así pregunto si es eso lo que quiero. La voz contesta que no es lo único pero sí lo urgente. Ponle fin a las malas ideas, los no deseados sueños, las confusiones, y prometo no volver a decir que necesito que me beses.
Junio/06
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