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a Lourdes Martínez, guerrera
Quizá me estoy poniendo muy personal, pero ha de ser por Lali Puna y la música mor
Y es que no lo puedo evitar, me da mucha risa (y curiosidad) cuando los hombres (principalmente) me preguntan “¿Cuándo te diste cuenta que eras lesbiana?” ¿Cuándo? Como dice Ford (el de The Hitchhiker's Guide to the Galaxy) ¿por qué los hombres insistimos en hacer notar lo obvio?. Normalmente les contesto “¿Cuándo te diste cuenta que no eres homosexual, cuando tu papá te enseñó a no llorar como niña, cuando tu hermano te enseñó a defenderte por si alguien te dice puto o maricón, cuando tu mamá te mostró que la mujer no es más que un débil objeto para tu admiración?
Algunos (casi todos) caen redonditos ante mi provocación, y me dicen “pero si nunca te has acostado con un hombre no puedes saber”, contesto, “Ay ¿y qué tu ya te acostaste con un burro para probar si te gusta o no?”
A la mayoría les enseñaron a no dejar ser a su parte mujer, a no dejar que su ser natural viva el balance orgánico.
El heterosexismo de la sociedad, a pesar de que está en proceso de ruptura, es el culpable de muchas de las atrocidades y desgracias de la humanidad.
El heterosexismo es el principal promotor de la desigualdad.
La sociedad africana sufre un heterosexismo impresionante. El hombre vive total y absolutamente reprimido, a pesar de que él piense lo contrario. La mujer lo sufre, la mujer muere en manos de este hombre total y absolutamente deshumanizado.
¿Cómo un hombre que se dice ser humano puede defender la prostitución y la pornografía? Duele, duele ver a la naturaleza transgredida, rota, violada por una educación que mata.
Y luego, cuando ya no pueden más, me dicen “¡¡¡Entonces tu solución es que todos seamos putos y feministas!!!”
Lo que yo propongo es que tanto hombres como mujeres seamos nuestra naturaleza, que es perfecta y equilibrada. Todos somos hombres y mujeres. Un hombre que se sabe también mujer será incapaz de violar a su hermana.
En mi cultura no hay heterosexismo, sólo hay armonía del ser animal en balance y con libertad. Este libre albedrío es lo único que nos hace distintos de otros seres, el problema es que alguien nos enseñó a no ser lo que somos.
¿Cuándo te enseñaron a ser hombre?
Yo te voy a enseñar a ser mujer aunque tengas pene. Después te enseñaré a amamantar a un árbol, a llorar la lluvia, a escoger tu nombre, a caminar con lobos, a ser tu mismo y cambiar al mundo.
Tú me enseñarás a ser hombre, a arar la tierra, a construir paredes y casas, a curar mis manos con caricias, a defender al amor con respeto, a alimentarnos juntos con la comunión del ser con la naturaleza.
Igualdad - Misho y Lola |
Walking with the comrades |
2 comentarios:
Pero, finalmente, nadie nos puede enseñar algo que somos, algo con lo que vivimos cotidianamente, sólo es cosa de voltear al espejo de adentro y reconocernos equilibrados. ¡Ay de aquel que no quiera hacerlo! ¡Ay de quien no pueda!
El asunto es que la mayoría no lo vive cotidianamente, pero deberían, como tú.
Amor hermano.
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