7.8.04

Se llama Niebla. No soy la primera en encontrarla. Algunos gran obra le dedicaron y algunos tantos parieron sus humos más de tres veces. Hoy, delante de mis ojos entre cerrados está ella. Niebla. La que no es tan como una neblina. La que no se basa en el clima ni la altura. La que sólo tiene un nombre por la necesidad de ser nombrada por poetas e ingenuos. ¿Quién soy yo para escribirle un tintero? Nadie. Ojalá y en verdad fuese Nadie. Quizá he ahí el problema. No hay aún un Nadie capáz de despreciar la no existencia. ¿Niebla podría ser un calificativo?
Niebla hay cuando despertamos sin querer y dormimos sin permiso.
Niebla viene cuando los pellizcos en el ombligo se confunden ... amor / miedo.
Niebla está justo cuando no la deseamos.
Niebla creamos para escudarnos y así seducir al otro.
Exacto.
Chafa.
Quizá.

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