5.4.06

Definitivamente es hermoso callar,
aceptar que no se tiene qué decir
o que lo que se podría decir no vale la pena;

no es suficiente entonces el dicho,
mucho menos lo dicho,
lo que se intenta decir a sí mismo.

Encontremos pues lo inombrable y aceptémoslo tal y como es.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos desde Tijuana. La dirección de tu blog la obtuve de la revista Lenguaraz. Hasta pronto.