25.4.04

Recordar se vuelve el inútil acto del contemplar dolores internos que se ven y se ven como ciegos tambaleos. Aterra la idea de terminar sin hacer valer la pena la propia existencia de lo abstracto dentro ¿Acaso hay ideas que no causen temor?
Pensar por si sólo es acto de susto y veredictos muertos. Sólo quiero encontrar ese cordón que al jalarlo me obligue a hablar y hablar y sacar todo eso que traigo gravado. Quiero llegar a la aceptación de lo que soy: una marioneta de la muerte azul que guarda sombras y olvida nocturnos esteriotipados.
Mentir facilita la paciencia de conjugar y rimar. Pero hacer de eso un hecho vital es hacer de la traición amor y del amamantar placer. Así somos fantasmas susurrantes ¡Que muera la distancia!¡Que viva la no estancia! Que existir es el hábito de dormir y cerrarse a la libertad de terminar con el fin sólo de eso, del fin.

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